Los caminos de Unai Émery y el Valencia CF volverán a cruzarse y lo harán, de nuevo, con unas semifinales de la Europa League como telón de fondo. Ese fue precisamente el escenario en el que se abrieron las heridas entre el técnico de Hondarribia y Mestalla, y que todavía no han cicatrizado.
Esas semifinales de Europa League de 2014 entre el Valencia CF y el Sevilla FC marcaron un antes y un después en la relación del valencianismo con Émery. El tiempo ha reducido la tensión, pero las heridas continúan abiertas. Así ha sido el cambio de la relación del valencianismo con Unai Émery:
La etapa de Unai Emery en el Valencia CF estuvo marcada por la regularidad. Pese a que recibió crítica por no poder competir contra Real Madrid y Barcelona, lo cierto es que se asentó en la tercera plaza y convirtió a los de Mestalla en habituales en la Champions League.
Es uno de los técnicos que más partidos de Liga ha dirigido al Valencia ya que estuvo cuatro temporadas desde la 2008-09 hasta la 2011-12. Además,tiene en su poder la insignia de Oro y Brillantes del club por los servicios prestados en esos años en los que llevó al equipo tres veces seguidas a la Liga de Campeones. Precisamente la entrega de oro y brillantes en su despedida fue muy criticada al no entenderse la decisión adoptada por el presidente Manuel Llorente.
Émery dejó buen recuerdo en el Valencia CF, pero la relación con el valencianismo se rompió ese fatídico día (1 de mayo de 2015) en el que M'Bia anotó el tanto que dejaba eliminado al Valencia de la final de Turín.
El Sevilla marcó en el minuto 93 el gol que les deba el pase y Unai lo celebró corriendo como un pollo sin cabeza por el campo y sin percatarse en qué escenario estaba. Se entendió como una falta de respeto a una afición y un club que le dio la oportunidad de dar su gran salto cualitativo en los banquillos. Unai Émery no vio aquella acción como algo reprobable en ningún sentido. Así, declaró nada más terminar el choque que él sólo estaba celebrando un gol.