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Así es Benito Villamarín, el estadio de la final

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ElDesmarque / EFE

El Benito Villamarín, un estadio moderno con capacidad para unos 60.000 espectadores tras su última gran reforma, se estrena como escenario de una final de Copa que dejará hitos históricos, pues el Barcelona buscará su quinto título seguido y el Valencia CF volver a conquistarla en el año de su Centenario.

El actual coliseo bético, este sábado el epicentro de la pasión y las emociones consustanciales a una competición como la Copa del Rey en la despedida oficial de la temporada en la élite del fútbol español, nada tiene que ver con el primigenio de 1929, cuando fue edificado con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla.

Ubicado en el barrio de Heliópolis, al sur de la capital andaluza y muy cerca de la margen izquierda de la dársena del Guadalquivir, desde entonces ha sufrido importantes modificaciones que lo hacen ser un estadio nuevo y funcional, desde la reforma de 1982 para el Mundial de España hasta la más reciente, con la construcción del nuevo Gol Sur inaugurado en el verano de 2017. El actual Benito Villamarín dispone de las comodidades de un recinto deportivo del máximo nivel en Europa.

El Gol Sur, diseñado por el afamado arquitecto sevillano Antonio González Cordón, fallecido el pasado verano, se puso en servicio el 13 de julio de 2017 y supuso pasar de 5.000 a 15.000 asientos en dicha zona y ampliar el aforo total del estadio hasta los 60.721 espectadores, aunque por medidas de seguridad y otros motivos en la práctica queda reducido a 59.378.

46 palcos vip

Dispone de veinticinco palcos VIP en Fondo y de otros veintiuno en Gol Norte, así como de una 'Zona Premium' de 395 plazas creada a partir de la nueva obra de Gol Sur y de dos zonas de aparcamiento: la de Gol Norte y Fondo, con 230 plazas que pueden alquilar los socios; y la nueva de Gol Sur, con cerca de un centenar.

El Betis ha contado esta campaña con 50.373 abonados y con el cuarto estadio español que ha registrado mayor afluencia de público, con una media de 44.525, además de haber albergado citas históricas como el España-Malta clasificatorio para la Eurocopa de Francia 1984, partidos de la Liga de Campeones, de la extinta Recopa y de la Copa de la UEFA/Liga Europa.

Esta gran apuesta por la mejora y modernización de su estadio llevó a los rectores del Betis a presentar su candidatura como sede de esta final de Copa, en competencia con el de Mestalla, la casa del que a la postre ha sido uno de los finalistas, y el pasado 28 de enero la Real Federación Española de Fútbol eligió al Villamarín con cuatro meses de antelación sobre la fecha del partido.

Esa circunstancia novedosa hizo albergar esperanzas de que el Betis, además de anfitrión, pudiera disputar la final, aunque la afición verdiblanca se llevó una decepción al ser su equipo apeado en semifinales precisamente por el conjunto che.

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