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El Valencia CF noquea al Barça y se trae la Copa más deseada

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David Torres (Enviado Especial Sevilla)

El Valencia CF vuelve a ser campeón de Copa del Rey once años después y lo hace tras noquear al vigente campeón de Liga en un partido en el que la libreta de Marcelino funcionó a la perfección. Agazapado a la contra, los valencianistas se coronaron como ellos saben, saliendo desde atrás y yendo como posesos a por el Barça en cuanto pudieron. Así llegaron dos tantos antes del descanso, Gameiro y Rodrigo, que dejaron sin reacción a los culés. El Valencia CF pone el broche de oro a una gran temporada, la de su Centenario, que será eternamente recordada por los que la vivieron y por los que vendrán detrás. El Valencia CF vuelve a ser campeón.

De inicio Marcelino formó con su clásico 1-4-4-2 con la novedad de Wass en el costado derecho y, sobre todo, apostando por Coquelin. Kondogbia lo intentó, pero no llegó a tiempo para ser titular en la final. El equipo, no obstante, salió con la lección aprendida, dispuesto a achicarle espacios al Barça en la final y no dejar pensar a Messi.

El Valencia, embotellado, donde se encuentra a gusto, cedió espacio y terreno al favorito. Era, como siempre, con un único objetivo: salir a la contra y marcar... O casi. Así en el 5 un error defensivo del Barça permitió a Rodrigo presentarse solo ante Cillesen. Lo regateó y, cuando el balón se colaba, Piqué la sacó en la línea. ¡Qué pena!  La respuesta culé fue obra de Messi, ¿quién si no?, en el 17. La única vez que recibió en la frontal y casi la lía.

Gameiro celebra el 0-1 en el Benito Villamarín.

Gameiro golpea y Rodrigo remata

Pero el partido estaba muy trabajado por Marcelino y, a la siguiente contra que el Valencia CF pudo trenzar, Gameiro, el rey de las finales marcó el 0-1. El Valencia empezaba a acariciar la Copa. El Valencia CF funcionaba como un reloj. Defendía bien y salía a la contra con peligro. El Barça, más estático, tenía la posesión pero no creaba peligro.

El Valencia CF funcionaba como un reloj. Defendía bien y salía a la contra con peligro. El Barça, más estático, tenía la posesión pero no creaba peligro. 

Dado el calor reinante los delegados pactaron dos pausas de hidratación a lo largo del partido. El 0-1, sin embargo, era una losa aún mayor para los barcelonistas que la humedad del Benito Villamarín. Y sino que se lo digan a Jordi Alba, que nada pudo hacer para evitar que Carlos Soler se le fuera por la banda y pusiera un centro medido para que Rodrigo lograra de cabeza el 0-2.

El Valencia estaba en su salsa y gustándose cuando el colegiado señaló el camino de los vestuarios. La última vez el Barça remontó un resultado tan adverso, pero esta vez no tenía pinta de poder hacerlo. Y eso que Rakitic y Messi probaron los reflejos de un seguro Jaume antes del descanso. El vigente campeón estaba noqueado, faltaba rematarlo.

Este Valencia es sólido, ha aprendido la lección y ha acabado el año de forma inconmensurable

Por eso Valverde hizo dos cambios, para ver si podía enmendar la plana. Fue en vano. El que comenzó enchufado fue Guedes, que minimizó a su par y a Malcom, recién salido al campo. Messi, a balón parado, lo intentaba, pero este Valencia es sólido, ha aprendido la lección y ha acabado el año de forma inconmensurable.

Parejo lesionado, llora en el suelo.

Después la estrellaría en larguero Malcom y su rechace lo mandó a las nubes Arturo Vidal. Nada que preocupe al nuevo Rey de la Copa, que ha basado en su defensa espartana sus éxitos esta temporada. En eso, y en su capitán, Dani Parejo, que jamás se lesiona y que, sin embargo, cayó en la final. En su lugar entró Kondogbia. Más épico imposible.

Messi hace la suya

Marcelino, a falta de veinte minutos sentó a Gameiro y puso en liza a Piccini. Fue una premonición, porque a la jugada siguiente Messi acortaría distancias tras recoger un rechace de una buena parada de Jaume (1-2). El argentino no quería arrojar la toalla todavía. Fue justo antes del segundo parón para beber. El miedo no atenazaba a una hinchada que sabe que sin sufrir no sería el Valencia.

La Copa del Centenario, la más deseada era valencianista al fin. El Valencia CF bronco y copero ha vuelto.

El Barcelona apretó. Olía la sangre y aún encerró más al Valencia con Piqué de delantero. Coquelin, entretanto, se salió robando balones. Y Marcelino, viendo a Valverde sentó a Rodrigo y sacó a Diakhaby. El técnico acabó con cinco defensas y Guedes como único punta. Undiano añadió cinco largos minutos. Aún tuvo dos contras más el Valencia ante el acoso culé que, sin embargo, se quedó en nada. Guedes, solo, la tiró fuera. Daba igual. La Copa del Centenario, la más deseada era valencianista al fin. El Valencia CF bronco y copero ha vuelto.

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