La marea blanquinegra, que de madrugada ya se dejó notar en la ciudad de la final de Copa, hizo suya la ciudad de Sevilla desde primera hora de la mañana. Por los alrededores de la Catedral, la Torre del Oro y los reales Alcázares, numerosos grupos de valencianistas, ataviados con los colores del club, se dejaban notar por las calles más céntricas de la capital andaluza. Quedaban muchas horas para la final de Copa y era turno de disfrutar, dejarse notar y demostrar que, en las gradas, son mayoría. La afición del Valencia CF, como siempre, no falló.
No en vano, más de veintiún mil seguidores valencianistas se dieron cita en Sevilla para animar al Valencia CF de cara al partido. De todas las edades, de toda clase y condición pero con un denominador común: su amor por el conjunto de Mestalla y su deseo firme de que acaben al fin once años de sequía. El primer paso estaba dado. En la calle, el Valencia CF ganó por goleada. La proporción de aficionados de uno y otro equipo se acercaba a una proporción de cuatro a uno. Uno de los puntos más frecuentados, y donde coincidieron aficionados de ambos equipos fue a los pies de la Giralda y sus 17 escalones.
No faltaron, por supuesto, las tracas, que encendían los ánimos de la afición valencianista. Más ruidosos, más animosos y, ¿por qué no decirlo?, más necesitados de un título que sus vecinos y rivales catalanes. "Mestalla quiere la Copa"; "Sevilla se pregunta quienes somos", "Che que bo", el "himno regional" fueron los cánticos más utilizados.
El primer punto según iban bajando de los autobuses -los primeros llegaron a las 8 de la mañana- era acercarse al centro, a la zona más conocida de la capital. Después ya habría tiempo para acercarse a la Fan Zone. El día salió soleado y caluroso en Sevilla (32 grados), por lo que las camisetas de manga corta -de épocas muy diversas- fueron el uniforme elegido. Si bien es cierto, las del Centenario eran las predominantes en una afición que lució toda clase de banderas, pañuelos, bufandas y demás prendas fetiches. Cualquier esfuerzo merecía la pena para poder llevar a su equipo en volandas hacia el título.