La Champions regresó a Mestalla este miércoles con el Valencia - Ajax y eso es sinónimo de máxima ilusión y pasión desaforada por parte de la hinchada blanquinegra.
El aroma de la Liga de Campeones, siempre diferente a cualquier otra competición, volvió a embriagar al estadio valencianista.
Ni siquiera el gol tempranero del conjunto holandés restó un ápice a la atmósfera de noche grande en el coliseo de la Avenida de Suecia.
Volver a escuchar el himno de la Champions instantes previos al pitido inicial enfervoreció a los valencianistas, que querían a toda costa marcharse a su casa habiendo dejado al Valencia en lo alto de la clasificación del grupo H.
La parroquia de Mestalla sitió una puñalada en el corazón al ver a su capitán Dani Parejo errar una pena máxima en el 24 que dejaba al Valencia por detrás en el marcador. Ni un sólo valencianista se arredró tras esta situación y los ánimos continuaron en busca de partido que se complicaba más de la cuenta.
Hacía unos 17 años que el Ajax no pisaba Mestalla y así se entregaron en cuerpo y alma para llevarse un triunfo autoritario y dar una alegría a los suyos.
El Ajax estuvo acompañado por casi 3.000 incondicionales que, disfrutaron del sol valenciano y el incesante correr de la cerveza durante todo el día hasta que abarrotaron la grada visitante del feudo blanquinegro. Por supuesto, celebraron por todo lo alto los goles de su equipo, así como el fallo de Parejo y contribuyeron a un mosaico sin igual.