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Voro: El salvador sempiterno que comía tornillos

Voro ensangrentado en un partido del Valencia (Foto: Valencia CF).
Carlos Ortigosa

Todos los clubes tienen una leyenda que permanece en la institución a pesar del paso del tiempo, de los jugadores, de los presidentes. Voro, salvador sempiterno que celebra su 56º cumpleaños en este 9 d'octubre, ejerce esa función en el Valencia CF.

Siempre en un segundo plano, el de L'Alcúdia ha conseguido con los años que se le recuerde por su importancia reciente incluso más que por su trascendencia como jugador. En la zaga del Valencia vivió tiempos convulsos. Y es que los tiempos convulsos siempre han sido su especialidad. Comenzó su etapa como jugador valencianista con el fatídico descenso de 1986, y tras regresar a Primera en la siguiente campaña, permaneció en el equipo hasta 1993. En total, disputó 365 partidos en los que anotó 14 goles. Tras su marcha, sus años de fútbol en absoluto habían acabado. Voro se fue al Depor y formó en el otro bando en el histórico partido del penalti de Djukic, o en la infame final del agua que vencieron los herculinos.

De desayunar tornillos a ser el Señor Lobo

De ser un central duro y tosco que 'desayunaba tornillos' (Di Stéfano dixit), Voro pasó a emular al Señor Lobo en el banquillo che. El exjugador asumió el cargo como interino en las épocas de mayor incertidumbre recientes y solucionó problemas con calma y sosiego. Cuando más cerca veían los valencianistas el descenso en la temporada de Koeman, la 2007-08, Voro sustituyó al holandés y salvó al equipo consiguiendo 5 victorias en 6 partidos. Siempre ha sido el 'señor Lobo', como el famoso personaje de la película Pulp Fiction dispuesto a arreglar cualquier desaguisado que se produjera en el club.

Voro en el banquillo de Mestalla (Foto: Marca).

La siguiente ocasión en la que Voro sirvió como puente entre entrenadores fue en un partido de Champions contra el Lille, actual rival del Valencia en esta competición, que también se saldó con victoria. En diciembre de 2015, tras el despido de Nuno y antes de la llegada de Gary Neville, Voro asumió la dirección técnica durante dos partidos en los que el Valencia conseguiría una victoria en Copa en Barakaldo y un empate en Mestalla contra el Barcelona.

Fue en la temporada 2016/17, una de las más complicadas en la última década, cuando Voro tuvo su mayor periplo como técnico del Valencia. El de L'Alcúdia asumió el puesto tras el despido de Pako Ayestarán hasta la llegada de Cesare Prandelli, y volvió al cargo después de la dimisión del entrenador italiano. Esta vez los resultados no acompañaron, más alla de que el equipo logró salvarse. Pero Voro dio galones al canterano Carlos Soler. El valenciano fue un soplo de aire fresco en el centro del campo, y con la llegada de Marcelino se convertiría en uno de los jugadores clave del equipo.

Con 56 años, Voro sigue siendo un hombre de club que siempre mantuvo la calma en situaciones en las que la afición veía como el Valencia se abocaba al precipicio. El de L'Alcúdia nunca pronunció una palabra más alta que la otra y aún hoy resiste a la incertidumbre que siempre rodea a este club centenario. En la actualidad es Team Manager y mano derecha de Mateo Alemany.

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