El Valencia CF comienza el año de la mejor manera, sumando los tres puntos, dejando la portería a cero y acercándose a los puestos de Champions League. El Valencia-Éibar (1-0) dejó conclusiones positivas para un equipo que disfrutó en la primera parte y supo sufrir en la segunda.
Celades apostó por un once formado por Jaume Domènech; Wass, Diakhaby, Gabriel Paulista, Gayà; Ferran, Coquelin, Parejo, Soler; Rodrigo y Maxi Gómez, que dibujaba de inicio un 4-4-2. Las dos bandas fueron muy profundas. Especialmente Ferran, que estaba más cerca de los puntos que del doble pivote.
Así, las primeras ocasiones de peligro llegaron por la banda derecha. El de Foios buscó aprovechar su velocidad para explotar los espacios a la espalda de una adelantada defensa del Éibar. Y es que, desde el primer minuto, los armeros plantearon una presión muy elevada. Eso dificultaba la salida de balón de los de Mestalla, pero, al mismo tiempo, dejaba muchos metros para que éstos salieran a la contra.
El control del partido del Valencia CF era absoluto, amasando más de un 60% de posesión. Recuperaba el balón con rapidez gracias a una intensa presión y visitaba el área rival con frecuencia. Era necesario trabajar mucho cada ataque para superar el voluntarioso sistema defensivo, pero cuando se superaba la primera línea aparecían los espacios. Con el paso de los minutos, el Éibar comenzó a perder el orden y los de Celades lo aprovecharon para adelantarse en el marcador. Antes de que se cumpliera la primera hora, Daniel Wass ganó línea de fondo y puso un centro que Maxi Gómez cabeceó al fondo de la red. Era el premio a la excelente puesta en escena que había firmado el Valencia CF desde el inicio.
El gol no cambió el guión del partido. El Valencia CF continuó gestionando bien el partido y respondiendo a la perfección a los desafíos que le presentaba el buen trabajo del SD Éibar. De hecho, los de Mestalla pudieron ampliar la ventaja en el marcador antes del descanso. Vivieron cerca del área de Dmitrovic, generaron ocasiones y provocaron más de una ovación de la grada.
En la segunda parte, el SD Éibar continuó siendo valiente en su propuesta y estuvo más acertado en la gestión del balón. Eso provocó que el Valencia CF tuviera menos posesión y se viera obligado a conceder unos metros. Pero lo que podía ser algo negativo volvió a ser convertido en positivo para los de Mestalla.
Y es que los espacios a la espalda de la zaga armera se convirtieron en una autopista para Maxi Gómez y Rodrigo Moreno. Las posesiones del Valencia CF eran más cortas y verticales, buscando en largo a sus dos delanteros. Así llegó a la portería rival con peligro, pero sin puntería.
Eso impidió que los de Mestalla pudieran cerrar el partido y se llegó a los minutos finales con una ventaja inferior a lo merecido. Consciente de que tocaba sufrir, Celades dio entrada a Kondogbia en lugar de Rodrigo para blindar al equipo en los minutos finales. Jaume Domènech, por su parte, apareció oportuno para despejar los tiros más peligrosos del Éibar. El sufrimiento mereció la pena y el Valencia CF supo mantener la ventaja hasta el final para sumar tres puntos que le acercan a los puestos de Champions.