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Los 240 kilómetros de Gayà para llegar a la élite

Edu Guillén

José Luis Gayà es uno de los baluartes mas aclamados del valencianismo en la actualidad. El de Pedreguer ha hecho méritos por conseguirlo y, finalmente, todo esfuerzo conlleva una recompensa. No obstante, su camino a la gloria no ha sido sencillo. El propio futbolista narra para batzine algunas de las peripecias que le han tocado vivir.

El lateral dio sus primeros pasos en el mundo del fútbol como delantero en su ciudad natal Pedreguer (Alicante). A los 11 años consiguió llamar la atención de los ojeadores del Valencia CF, lo que significaría el punto de partida de Gayà en su sendero particular para llegar a la élite del deporte.

Desde esa edad tan temprana, Gayà ya demostraba tener una personalidad bien definida de trabajo, esfuerzo y tenacidad, incluso aceptó el sacrificio como vía para lograr sus sueños: "estar en la academia y ser un jugador en el primer equipo significaba todo para mí, así que fue fácil alentarme", espetó el jugador. 

Gayà y Cheryshev en un entrenamiento. (Foto: Valencia CF)

Llegar al campo de entrenamiento del Valencia ya suponía un gran sacrificio, pues desde su ciudad natal, Pedreguer, hacia Paterna le esperaba un viaje diario de ida y vuelta de 240 km, lo que le tomaba más de una hora en automóvil en cada sentido. 

En un principio, sus padres solían llevarlo, no obstante, más adelante comenzó a tomar un autobús que duplicaba el tiempo de viaje. Esta ardua rutina duró cuatro años, cuatro veces a la semana. Posteriormente, la vida de la Academia hizo señas, mientras se desarraigaba por completo de su hogar, sacrificando, una vez más, una vida adolescente despreocupada por una estrictamente reglamentada. Todo por el sueño de triunfar en su club de la infancia.

Sin embargo, todo sacrificio le ha llevado al éxito, pues hoy en día es uno de los jugadores más icónicos del valencianismo, el lateral izquierdo indiscutible de su equipo e, incluso, su buen hacer dentro del campo le ha llevado a formar parte del cuadro nacional en varias ocasiones. "El viaje ha sido muy emocionante porque comencé desde abajo cuando vine a Valencia. Tengo mucha suerte de estar en el primer equipo, es un largo camino para llegar aquí", decía el jugador. 

Gayà con la selección ante Rumanía (Foto: RFEF)

A pesar de su éxito el de Pedreguer es consciente de el mundo inestable en el que se encuentra: "en el fútbol, ​​nunca se sabe, hoy estás jugando bien y mañana no eres nada. Siempre es un trabajo duro. No entras en el primer equipo gratis. Es muy difícil mantener un alto nivel, competir y permanecer durante muchos años ".

Pese a todo el jugador se encuentra a gusto en el conjunto de Mestalla y desea seguir formando parte de él durante mucho tiempo: “es un orgullo y un honor llevar la insignia. Estar en el primer equipo siempre fue mi sueño desde que era joven y ahora estoy en él. Cada vez que juego para el Valencia siento que es una gran responsabilidad. Quiero seguir haciendo esto". 

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