El Valencia CF vuelve al tajo esta semana. El 6 de mayo les harán los test a los jugadores y cuerpo técnico -qué suerte tienen ya que la mayoría no podemos tener esa información vital para luchar contra la pandemia del coronavirus- y con ello la normalidad (me niego a decir eso de nueva normalidad) estará un poco más cerca. Para muchos aficionados que su vida se ha convertido en una hecatombe sanitaria y económica, el fútbol siempre fue una válvula de escape imprescindible para sobrellevar un presente que no siempre es tan maravilloso como nos gustaría. Por eso he defendido y defiendo que la vuelta al fútbol, a los entrenamientos, nos hará mucho bien en una sociedad en la que el deporte rey es soberano por algo.
Esta semana leía a Gabriel Paulista en un ataque de valentía expresar lo que otros futbolistas piensan: hay miedo, incertidumbre y preocupación por la situación sanitaria y es perfectamente comprensible. "El dinero no lo es todo", escribía y razón no le falta. El miedo es humano, es fácilmente comprensible, y cada uno con sus finanzas hace lo que buenamente puede y quiere. Dicho esto, en la primera parte de su argumentación encuentro la razón de mayor peso para animarle a que vuelva con una sonrisa al trabajo esta semana.
El central, al que por cierto tratan ya de renovar y razones no le faltan, escribía que "siempre se nos pide ser ejemplo y así debe ser, muchos niños y jóvenes se fijan en nosotros. Demostremos como ejemplo a la sociedad que valoramos la vida y la salud por encima de todo". Y, en efecto, es eso. Es el momento de dar ejemplo, de demostrar que con test, controles sanitarios exhaustivos y voluntad se puede intentar salir de esta pesadilla cuanto antes. Los equipos de LaLiga tienen test, que es lo que debería disponer ya la población española.
Muchos de ellos, la mayoría de ellos sin pruebas y a veces sin la protección adecuada, ya ponen su granito de arena a diario. Me refiero a los sanitarios, transportistas, fuerzas de seguridad y a todos aquellos a los que se ha requerido para la primera línea de batalla. Es, por tanto, de recibo, que los demás, futbolistas, periodistas y demás, en nuestra medida podamos sumarnos a esta salida. Es la hora de ayudar, de arrimar el hombro y ser ejemplo con responsabilidad para que algún día, más pronto que tarde podamos reconstruir esta sociedad que el coronavirus dichoso COVID-19 ha diezmado: Lo haremos recordando a los que no están, aprendiendo de nuestros errores, enfocando los problemas con empatía y desde el punto de vista más humano y solidario posible. Son valores que uno aprendió en casa, de mi padre y de mi madre, a la que quiero y admiro. Feliz día mamá, y feliz día a todas las mamás del mundo, a fin de cuentas ellas son las que mueven de verdad este planeta. Y ánimo a todos los que lo están pasando mal.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia