Peter Lim esta semana se pegó por mediación de su presidente Anil Murthy o de su liquidador, Joey Lim, me da igual, dos nuevos tiros en el pie. Debilitó su ejército cargándose a dos bomberos de los que le achicaban aguas y apagaban incendios por doquier. Es una prueba inequívoca más del destarifo organizativo en el que se ha convertido el club. De puertas para afuera lo vemos cada semana: Equipo debilitado, sin fichajes, entrenador entristecido y que puso su cargo a disposición; con jugadores como el capitán Kondogbia en rebeldía (¿hasta cuándo piensa estar así, por cierto?). Pero de puertas para adentro, lo que antes intuíamos, ahora también lo sabemos.
Me negaba a pensar que Joey Lim venía a liquidar el club pero, a menos de que haya una explicación plausible en el futuro, todo lo que veo es recorte de gastos por todas partes y en todas las partidas. "Es de primero de empresa", me decía un empresario amigo el otro día. "Primero reduces los gastos y los costes y así es más fácil venderlo". Es una canallada, es triste e injusto para el valencianista, pero la teoría cada vez cuadra más. Si es así, si aunque digan lo contrario, lo que está haciendo Lim es descapitalizar el club para venderlo y no sólo para bajar gastos por la pandemia, me preocupa más el fin que el hecho. No tenemos ni idea a qué manos puede ir a parar, y eso asusta.
Este fin de semana se han cumplido seis años desde que Peter Lim aterrizó en Valencia, Al tiempo que el país entra de nuevo en un Estado de Alarma, el valencianismo vive permanentemente en él. Los seguidores de a pie se sienten engañados, humillados al ver a su equipo acumulando derrotas y a su club sumido en un auténtico caos. Con las mejillas coloradas por la vergüenza que genera ver a los dirigentes, el desánimo y la desafección se apoderan del entorno valencianista. Nadie va a dejar de querer a su Valencia CF, pero cada vez está más lejos de sentirlo como propio. Vivo ejemplos cada día. El fútbol es ilusión, pasión y por eso Lim fue recibido como un salvador, cuando en realidad era un empresario que venía a salvaguardar sus intereses. Hoy es, con permiso de sus enviados en la Comunidad Valenciana, una de las personas menos gratas en estas latitudes.
Precisamente de evitar que el Valencia rompiera lazos con su tierra, con su gente iba el trabajo de Álex y Cristina, los dos compañeros periodistas que han sido despedidos tras 16 años de valencianía en el club. Cuando me enteré de la notica busqué una foto de ambos. No las tenía. Normal, su trabajo era tan eficaz como oscuro. Suerte y ánimo a los empleados que se quedan y a los que les obligaron a salir que no se preocupen. Se cierra una puerta pero se abrirán miles. Sin foto, y pensando la decena de incendios que a diario provocan los enviados de Lim en Valencia, elegí para este artículo la foto de un bombero anónimo que protesta por sus condiciones laborales y defiende sus derechos. Para el vídeo me valían muchos. Cogí el último, la debacle de Elche, para que no se nos olvide en qué han convertido el club. Perdieron un cargo pero recuperaron una vida lejos de Meriton y respecto al Valencia CF, como se pongan cafres, nos juntamos y lo refundamos. El Valencia CF siempre será algo más que acciones. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia
dtorres@eldesmarque.com