El Valencia CF regresa a la zona 0
El aficionado ya se ha acostumbrado a esa nueva normalidad en el fútbol. A los estadios vacíos, a los cambios múltiples, las medidas sanitarias y las bajas por positivo. Una nueva realidad que, aunque parece que haya existido siempre, hace menos de un año era diferente. Este fin de semana el Valencia CF regresa al campo donde todo comenzó a cambiar. Los blanquinegros estaban en el punto de mira tras el enfrentamiento en Champions contra la Atalanta y en España los casos continuaban creciendo. La posibilidad de tomar medidas estaba muy presente, el partido contra el Alavés se llegó a poner en duda y, aunque entonces parecía inverosímil, la vuelta de Champions League se jugaría a puerta cerrada. La última vez que el Valencia CF pisó Mendizorroza, fue la última hasta la fecha del fútbol que conocimos.
Hace menos de un año que el Valencia CF jugó su último partido con público, fue en Mendizorroza contra el rival al que se enfrentará esta semana, el Alavés. Entonces, todavía no se esperaban tantos meses sin público, pero ya se tomaron una serie de medidas que ocuparon los titulares de la prensa.
Los saludos con el codo se estrenan
Los protocolos de LaLiga marcaban una forma de proceder muy clara. Los futbolistas saltaban al campo y en señal de juego limpio, se daban la mano entre ellos en un acto donde se incluía al estamento arbitral. Sin embargo, un contacto físico así (aunque segundos después fueran a jugar un partido de fútbol) no era apropiado y se optó por renovar el saludo.
Desde la época de Tassotti no era tan relevante un codo en España. Ahora los futbolistas del Valencia CF, con Parejo a la cabeza, se saludaban con el codo en un un acto que fue bautizado como Wuhan Shake. Los de Mestalla estaban en el punto de mira tras su visita a Milán y la entidad se preocupó en tomar diferentes medidas de prevención, incluso antes de que el Estado tomara cartas en el asunto.
El Valencia CF cambió sus protocolos
El Valencia CF llegar hasta Mendizorroza tenía que realizar un trayecto en avión que podría ser un riesgo sanitario. Álava y el País Vasco estaban siendo una de las zonas más afectadas por el COVID-19. Por ello, la expedición, que llegó al aeropuerto de Manises alrededor de las once de la mañana, se dirigió la puerta de embarque privada, donde no puede entrar nadie que no esté autorizado. En los vuelos habituales, la plantilla facturaba en una de las puertas comunes del aeropuerto, donde la gente podía pedirles fotografías y autógrafos.
La entidad también aumentó el control sobre sus futbolistas, para evitar contagios, por lo que suspendió todos los actos públicos en los que participasen. Esto incluyó la tradicional rueda de prensa, aunque, como se demostró con el tiempo, la comunicación entre club, medios y afición es posible gracias a las nuevas tecnologías.