Javi Gracia dejó dos mensajes entre líneas en su comparecencia pública previa al choque contra el Sevilla en Copa, el más duro sobre Peter Lim. Y es que, al margen del análisis del encuentro y de la necesidad de los fichajes o no, en la previa del Sevilla FC - Valencia CF, Javi Gracia soltó dos bombas sobre su presente y su futuro que además redundan en la situación actual que atraviesa el club y el equipo. El técnico navarro, portavoz improvisado del club en todos los temas ya que nadie explica la ausencia de fichajes, las salidas u otros asuntos como el distanciamiento de Peter Lim respecto al club o si se ha desenganchado del proyecto. El técnico, que además puso su cargo a disposición de la entidad antes de comenzar la campaña, contesta sobre si piensa dimitir o no.
El distanciamiento de la afición con Peter Lim y las dudas con su grado de implicación cada vez son mayores. Al ser preguntado al respecto, Gracia aprovechó para recordar que no lo conoce, cosa que sí ha sucedido con todos sus predecesores. “No os puedo dar algunas respuestas que queréis. No lo conozco, no he hablado con él ni por teléfono ni con mensajes. Poco más puedo decir. Igual alguno de vosotros habéis hablado más con él que yo”, señaló.
Otro tema candente es la ausencia de fichajes y, preguntado sobre lo que hará si se cierra este mercado de invierno sin refuerzos, si se plantea dimitir, Gracia negó la mayor pero volvió a abrir la puerta para quizá buscarse una salida en verano, cuando hay que recordar que tiene dos años de contrato firmados. "Mi intención es la de tratar de terminar la temporada y seguir trabajando y mejorando con el equipo. La pasada semana me preguntabais. Todavía nos quedan muchos partidos por jugar y por ganar. Ese es el compromiso. Con la plantilla y el cuerpo técnico que estamos a día de hoy."
Lo cierto es que en verano la posibilidad de romper la relación contractual por parte del club y del técnico es muy inferior a los 3 millones de euros que estaban estipulados al comienzo de esta campaña, por lo que no es nada descabellado pensar que alguna de las partes quiera dar el paso.