Los dos Valencias: Peter Lim no me hace disfrutar del fútbol, Vallejo y Kang In sí

Una semana más se vivió con tensión en Mestalla el partido del Valencia CF que, en esta ocasión, terminó en victoria, justa pero ajustada y gracias a jugar con uno más media hora. Hecha esta salvedad, la alegría desbordada del banquillo con el segundo gol de Gameiro; los gritos de Manu Vallejo y los abrazos con Gayà en el primero, la carrera alocada del enfant terrible Kang In Lee (véase el vídeo superior), celebrando su enésima asistencia y Correia arrodillado tras abrir la lata en el 93 demuestran que el equipo está implicado, con ganas de revertir esta situación y deseoso de sumar pronto varias victorias para olvidar cuanto antes la pesadilla que todos estamos viviendo. Fue una alegría contagiosa, una explosión de tensión contenida. Eso es buena noticia. Sigo convencido que el Valencia CF no pasará apuros para salvar la categoría y creo que tiene plantilla para estar más arriba de dónde se encuentra, pero reconozco que ha habido semanas en que mis convicciones se han puesto a prueba.

Dicho esto, mezclar las sensaciones futbolísticas o las opiniones sobre si Gracia debe seguir más o menos tiempo en el banquillo, con que Peter Lim deba vender sus acciones e irse ya es juntar churras con merinas. La realidad, nos guste o no, es que hay dos Valencias en uno. El que el aficionado tiene en su corazón, el del sentimiento, el de "que gane aunque sea de penalti injusto"; el de los debates si Gracia sí o no, si Cillessen o Jaume y otro Valencia, el de Meriton, el de Singapur, el de la gestión deportiva desastrosa, de poca transparencia y de desafección con la afición, con los valencianistas. Este último tenemos tiempo toda la semana de analizarlo, de cuestionarlo, criticarlo y de darle voz a aquellos originales y valientes que, pese a la pandemia muestran su disconformidad (bievenidas furgonetas, caravanas, escudos con escombros o pancartas como las de este domingo...)

"Cuando el pitido inicial suena y hasta que acabe, un servidor prefiere poner los cinco sentidos en el rectángulo de juego y poder disfrutar de lo maravilloso que es el mundo del fútbol que, al final, pondrá a cada uno en su sitio. Sólo es cuestión de tener paciencia"

Si bien es cierto, llegados a este punto del análisis es innegable que al final un Valencia CF influye en el otro y viceversa. Esta claro que, en cuanto llega el final del partido, cae de nuevo la noche y la realidad es un estadio sin construir, crisis económica, ventas de jugadores a la vista e incomprensión y opacidad por lo que sucede  Si la gestión es pésima, el Valencia del campo sufrirá más, se resentirá más y eso es lo que genera la rabia, la frustración y la incomprensión en la hinchada. Pero, como diría aquel, cuando el pitido inicial suena y hasta que acabe, un servidor prefiere poner los cinco sentidos en el rectángulo de juego y poder disfrutar de lo maravilloso que es el mundo del fútbol que, al final, pondrá a cada uno en su sitio. Sólo es cuestión de tener paciencia. Nada ni nadie puede matar un sentimiento como el valencianista aunque sea compartido o no por la cúpula directiva.  Feliz semana.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en Valencia