Para quitarse el sombrero: el homenaje del Levante a la leyenda valencianista Juan Sol

Un Levante UD-Valencia CF da para mucho, mucho más de lo que se puede apreciar sobre el verde. Un derbi se vive en las gradas, y aunque en esta ocasión la afición no ha podido llenar el Ciutat, la leyenda de Juan Sol ha estado presente en el tercer anillo del feudo de Orriols. Un histórico del conjunto valencianista y de fútbol valenciano a quien el club granota ha querido homenajear en la previa del encuentro.

"Hoy somos uno menos en el derbi de la capital del Turia. Hoy echamos de menos a Juan Cruz Sol, leyenda del fútbol valenciano y español. Seguro que será un espectador de lujo". Con esas palabras homenajeaba el Levante a uno de los grandes representantes históricos del fútbol valenciano, que no se perdía un solo derbi, en las últimas temporadas como miembro del Consejo de Administración del Valencia. De aplaudir.

Juan Cruz Sol falleció el pasado 10 de noviembre de 2020, más de 48 años después de que en el desaparecido estadio Vicente Calderón de Madrid jugara uno de sus más de 300 encuentros con la camiseta del Valencia en un clásico del fútbol español en el que mostró, como siempre, pundonor, entrega y poderío físico hasta convertirse en historia, corazón y leyenda para el club de Mestalla.

Hablar de Juan Sol es hacerlo de uno de un jugador fundamental en el Valencia de los años 60 y 70. Habitual lateral derecho, se desempeñaba en muchas ocasiones como central, aunque en su debut como valencianista, en 1965 y con 18 años, jugó en el centro del campo. Rápidamente se asentó en el equipo y ganó su primer título: la Copa de 1967 ante el Athletic Club.

En 1971 fue campeón de Liga y en 1975 saltó la sorpresa en la Ciudad del Turia. Sol se marchaba al Real Madrid. En ese momento, ya era un internacional habitual a las órdenes de Ladislao Kubala. Participó con 'la Roja' entre 1970 y 1976: 28 partidos, que entonces eran muchos, y un gol.

Afincado en Valencia, el vasco sintió en Madrid morriña por su segunda tierra. En plena canícula, en su viaje por carretera para ir a firmar, a punto estuvo de arrepentirse de la decisión y de dar media vuelta. Sus acompañantes en el coche le convencieron para seguir adelante. Posteriormente fue feliz en el Real Madrid, donde ganó tres ligas en cuatro años.

Cuando cerró aquel ciclo volvió a Valencia para jugar dos años más y, aunque las lesiones no le permitieron tener continuidad, sí que pudo vivir desde dentro los títulos de la Recopa de 1980 ante el Arsenal y la Supercopa de aquel año frente al Nottingham Forest. En 1981, 16 años después de debutar, puso el punto final a su trayectoria sobre el césped para ser delegado, dirigente y embajador del club en diferentes etapas.