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Don Mouctar Diakhaby y doña Rocío Carrasco

El periodista no es noticia

Como de fútbol en el Valencia CF, por desgracia, es mejor no hablar y por lo urgente siempre va delante de lo importante; malo sería que no aprovecháramos lo que estamos viendo y viviendo con los casos de Mouctar Diakhaby y Rocío Carrasco (Rociito) para no mejorar como sociedad. Se marchan las Pascuas tras un semana marcada, al menos en mi hogar, por dos historias que estoy seguro que marcarán un antes y un después en la sociedad española: el caso Cala-Diakhaby y la denuncia del jugador del Valencia CF por un supuesto insulto racista y la de la televisiva Rocío Carrasco, hija de Rocío Jurado por el infierno emocional al que habría sido sometida durante años por parte de su exmarido, el también televisivo Antonio David Flores. Dios me libre de emitir un juicio y de acusar y condenar a nadie de racista o maltratador. Ni lo sé, ni estoy capacitado para emitir un juicio porque no estuve ni en el Ramón de Carranza ni en la infinidad de capítulos relatados en el documental "Rocío, contar la verdad para seguir viva"

Dicho esto, tengo dos cosas claras respecto a estos sucesos. Que nunca sabremos toda la verdad de lo que sucedió, aunque es evidente que si las víctimas denuncian motivos tienen, y que ambos casos tendrán una repercusión social más allá del aquí y del ahora. Son acontecimientos que marcan, que no dejan impasibles a nadie y que obligarán a la sociedad española y a las autoridades competentes a reflexionar en materia de racismo y de maltrato en todas sus vertientes.

Mouctar Diakhaby, en la grada de Carranza (Foto: Cristo García).

En el caso de Rociito estoy menos puesto en las interioridades, pero en el de Diakhaby me consta que a pesar de que  LaLiga, y la RFEF, tomen la decisión que tomen, se están planteando ya establecer un nuevo protocolo que regule situaciones como las vividas. No puede ser que el riesgo de perder tres puntos impida a una persona que se considera una posible víctima de un insulto racista no pueda denunciarlo y abandonar el juego.

En el caso de Rociito estoy menos puesto  pero en el de Diakhaby me consta que a pesa de que  LaLiga, y la RFEF, tomen la decisión que tomen, se están planteando ya establecer un nuevo protocolo que regule situaciones como las vividas.

LaLiga ha terminado su camino, sorprende que se detecte "mierda", "déjame en paz" y se vea a Cala pidiendo disculpas "perdona pero no te cabrees" y la cosa quede ahí. La Federación también desarrolla su propia investigación después de que el Comité de Integración haya trasladado el asunto al de Competición y este haya decidido abrir un expediente a Juan Cala al entender que existían indicios que respaldan el supuesto insulto racista. Supongo que, a falta de más pruebas, será la palabra del jugador del Valencia CF contra todos los que no le creen y la cosa no irá a más competitivamente hablando. Pero lo que sería una auténtica desgracia es que hechos como los vividos no sirvan para sentarnos, reflexionar que como sociedad tenemos aún un largo camino por delante y no se tomen medidas para que la justicia y las víctimas tengan armas de verdad para defenderse. Después de eso, ya si quieren hablaremos de fútbol, de la mala gestión de unos y de otros, de amoríos y de dimes y diretes. Feliz semana.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en Valencia

dtorres@eldesmarque.com

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