Este miércoles el Valencia CF ha regresado al trabajo para preparar la visita del próximo domingo al estadio Benito Villamarín para medirse al Real Betis. No ha sido un día más o un entreno habitual ya que la plantilla blanquinegro ha tenido la primera comida de hermandad en las instalaciones de la Ciudad Deportiva de Paterna. Al más puro estilo argentino y como otras temporadas en las que era algo habitual, la plantilla ha confraternizado y ha compartido momentos en torno a un asado. Hasta ahora no había sido posible algo similar por el protocolo antiCovid-19. Este miércoles sí que ha sido posible, obviamente con las medidas de seguridad, higiene y de distancia de seguridad pertinentes por parte de todos los participantes.
Esta comida grupal ha servido a modo de conjura para afrontar la recta final de LaLiga Santander de la mejor forma posible. El Valencia CF tiene retos por delante y entre ellos se encuentran algunos poco usuales para los valencianistas pero que todavía están por alcanzar como son romper la racha negativa fuera de casa con esas cuatro derrotas seguidas como visitantes o encadenar dos triunfos consecutivos.
Así, los integrantes de la plantilla valencianista han podido estrechar los lazos de una manera que la pandemia ha privado esta temporada. La vida en el vestuario y la relación con los compañeros se ha hecho más complicado como resultado de la rigidez de los protocolos antiCovid-19. Con estas iniciativas se intenta que paliar todos esos efectos. negativos que también provoca la pandemia en la vida y salud de los vestuarios.