El presidente del Valencia CF, Anil Murthy, se ha reunido este miércoles en la Ciudad Deportiva de Paterna con Héctor Peris, agente de Jason y Rubén Sobrino, jugadores de la primera plantilla, pero también de Fabio Blanco, Ferran Torres, exvalencianistas, y de otros como Omar Mascarell, centrocampista que gusta y que acaba de descender con el Schalke 04 este año.
Con un escenario económico desalentador, en el que el club está obligado a vender jugadores, agente y responsables deportivos han podido ponerse al día de las intenciones de uno y otro en una cita cazada por RadioEsport. A priori ninguno de los dos futbolistas, ni Sobrino ni Jason han contado con la confianza de los diferentes entrenadores desde que llegaron y, como ya sucedió el verano pasado, el club les buscará una salida. Otra cosa bien distinta es la voluntad de ambos, pues a los dos les queda un año más de contrato todavía y acaban en 2022.
Sobrino terminó yéndose en enero al Cádiz dónde ha mejorado sus prestaciones, pero Jason, que tenía una oferta del Elche, prefirió quedarse y apenas ha jugado.
Lo cierto es que a nadie se le escapa que el Valencia CF tiene que vender jugadores. Lo anunció Anil Murthy en la última junta. "Para solventar los dos difíciles próximos años habrá ventas adicionales de jugadores. porque vamos a potenciar la Academia y a tener un coste ajustado a la nueva realidad del fútbol. Vender jugadores no es renunciar a los objetivos". En ese sentido, y a tenor del presupuesto de la presente temporada -que arroja 26 millones de euros de pérdidas y 8 más que no se ingresarán por abonos y público- la cuenta es sencilla: hay que ingresar alrededor de 34 millones de euros por ventas de jugadores. El club, en todo caso, en su balance indica que serían 41 millones a los que habrá que descontar las ventas que se hicieron con posterioridad al 30 de junio como las de Kondogbia, que reduce ostensiblemente esa cantidad.