Tras 442 días, Mestalla volvió a albergar público. Fue ante la SD Eibar en el choque correspondiente a la jornada 37 de LaLiga Santander y lo cierto es que la respuesta de la afición no fue demasiado buena. Apenas compraron entrada poco más de dos millares y medio de aficionados. Lo importante, que el coliseo valencianista volvió a rugir. Desde cánticos contra la propiedad a celebraciones por los goles y apoyo continuo a los jugadores del Valencia CF. Y es que había hasta ocho que todavía no habían jugado ante un Mestalla con público. El único que fue de la partida, Hugo Guillamón, que volvió a completar un gran encuentro en la defensa de cinco.
Defensivamente, fue una roca. De hecho, seguramente, está siendo el mejor central desde que Voro está al cargo del equipo. En los primeros 45 minutos, dejó un buen bloqueo a un tiro de Kike García. Más tarde, en el 42', se vio envuelto en la jugada de la polémica. Sacó el codo a relucir dentro del área, el balón le golpeó, pero el VAR no vio nada punible.
La segunda mitad fue más tranquila que los últimos minutos de la primera. En el 80', hizo un buen corte ante Sergi Enrich y el 82' repitió acción permitiéndose el lujo de recortar a Bryan Gil dentro del área. Se llevó la ovación de Mestalla. Una de sus primeras, desde luego. Ya en el descuento, despejó de manera acrobática un centro lateral desde la derecha.
No había mejor manera de sentiros por primera vez en Mestalla. Partidazo de todo el equipo. Jugón 🔥 @gguedesoficial pic.twitter.com/4DrEQZkmxv
— Hugo Guillamon (@HGuillamon) May 16, 2021
Antes del pitido inicial, hasta ocho eran los jugadores que solo habían visto el coliseo vacío mientras disputaban minutos (no se tiene en cuenta si habían estado en el banquillo): Cristian Rivero, Guillem Molina, Guillamón, Ferro, Jason, Oliva, Yunus y Cutrone no saben lo que es tener el calor de las gradas a favor.
De esos ocho, solo Guillamón se llevó el premio de jugar. Ni Cutrone ni Yunus ni Rivero entraron en la convocatoria, mientras que los otros cuatro vieron la totalidad del partido desde el banquillo.