Es domingo, llego eufórico de Mestalla gracias al doblete de Hugo Duro, pero tengo toda la semana en el tintero un pálpito que no quiero que se pase el domingo sin escribirlo. Porque, si el doblete de Hugo Duro ya es historia de LaLiga y del Valencia, no es menos el momento histórico que vivimos para reactivar el Nuevo Estadio parado tras doce años parado. Ahora puede darse la conjunción de todos los astros necesarios para que la obra se acabe y no se puede dejar escapar la oportunidad.
Me hizo gracia el otro día escuchar a la vicealcaldesa Sandra Gómez poniéndose la medalla al asegurar que si el Valencia CF había dado un paso definitivo para construir el polideportivo anexo al Nuevo Estadio en el barrio de Benicalap era gracias a la insistencia de políticos que, como ella -es verdad- no dejan de insistir, pelear y acosar al club para que así sea. Parte de razón tiene en que, es cierto, ha sido la que más guerra ha dado con el asunto. Ahora bien, sinceramente creo que si el tema del nuevo pabellón va hacia adelante definitivamente es, al margen de porque es una obligación del club con la ciudad, porque ahora sí pueden reactivarse las obras para el Nuevo Campo.
El momento es ahora, la pedrea de 119 millones de euros del dinero del fondo CVC que repartirá LaLiga Santander es obligado gastárselo en infraestructuras y ahí Peter Lim, Meriton, y el sumsum corda tienen una oportunidad de oro para acabar una deuda histórica, aunque sea por interés. Porque, aunque en los planes del máximo accionista no parece que el nuevo campo fuera una de las cosas urgentes por hacer, hasta para vender el club es mejor hacerlo con un campo recién
A día de hoy las posturas parecen cercanas y claras. El Valencia CF ha dado un paso decisivo para acabar el pabellón y esa gloria hace que tenga muchos padres: el club, las autoridades, los vecinos... pero falta lo más importante, leer la letra pequeña. El Valencia da ese paso confiado que servirá para que las autoridades de la Comunidad lo interpreten como un gesto de buena voluntad y sirva de paso para reordenar la ATE, es decir, prorrogarla un poco más.
En la otra trinchera, las autoridades no niegan que pudiera hacerse una excepción y ampliar la prórroga de la ATE (de momento Economía la ha denegado) pero exigen a cambio que el club garantice con un aval que el dinero de LaLiga va a servir para construir el Nuevo Estadio.
El club, por su parte, dice -lo confirma la patronal- que todavía no sabe con exactitud cuánto dinero tendrá y cuando lo recibirá. Suena a tira y afloja para que le concedan la ampliación del plazo. Y, llegados a este punto, uno prefiere ver como todos se ponen muchas medallas y acaban el marrón del campo a seguir buscando culpables de un fracaso histórico para el club. A todos les interesa, aunque insisto, solo sirviera para encontrar un mejor comprador para el club.
Si es así, si ceden unos y otros, varias fechas a tener en cuenta: En la propuesta que el club de Mestalla hizo entrega en la Consellería de Economía se incluía un plan que preveía la finalización de las obras del Nuevo Estadio en 2026 (empezándolas a mitad de 2024). A partir de ahí, (de 2026) derribar Mestalla, construir pisos y acabarlo todo en 2023. Además, en ese plan se incluye la realidad de que el pabellón de Benicalap que debe ser construido en las misma parcela, arranque en el primer trimestre de 2022. Suena bien, pero tras una docena de años de sinsabores, uno duda hasta de cómo se llama. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en València