Es evidente que el Valencia CF tiene un problema con los delanteros. Por partes, Maxi Gómez lleva desde que llegó siendo la eterna esperanza, pero lo cierto es que nunca ha acabado de engancharse al gol. Incansable y trabajador como pocos, esas son las dos características que le han hecho ser un fijo con todos los entrenadores. El segundo de caballería, Marcos André, tampoco está fino ni fuera ni dentro del área y, al menos de momento, no está haciendo valer los más de 8 millones que pagó la entidad valencianista por él. Ante el CD Arenteiro volvieron a actuar juntos para coger confianza y sumar algún que otro gol, pero se fueron de vacío.
Si bien ante el CD Utrillas el primer gol nació de sus botas -Maxi la dejó pasar y Marcos André fusiló-, la conexión entre uno y otro en Carballiño fue nula. Ni se encontraron entre ellos ni el brasileño, desapercibido, lo hizo con el resto del equipo.
De los dos, Maxi Gómez fue el mejor. En la primera mitad, entendió lo que el equipo necesitaba y oxigenó el juego bajando a recibir y controlando balones de espaldas a la portería. El problema, que su presencia dentro del área fue muy escasa. Antes de la media hora, chutó al palo derecho de la portería y Portela lo repelió. Poco después, estuvo a punto de rematar un centro de Gayà. Por lo demás, trabajo e insistencia, pero sin suerte. En el 87', Javier Vidal le sustituyó.
Marcos André sigue sin encontrar la continuidad el Valencia CF. Se nota que quiere y que lo intenta, pero no está fino. Munuera Montero se comió un penalti clamaroso provocado por él en el minuto 23 que podría haber cambiado la historia del partido. Lo intentó en el 76' con la zurda desde dentro del área y la mandó fuera. En el 102', hizo un fallo clamoroso. Con la portería vacía, picó demasiado con la cabeza, el balón votó y se fue por encima del larguero.
El próximo lunes tiene grandes opciones de ser titular ante el Levante UD en el choque de la jornada 18 de LaLiga Santander, ya que Maxi está sancionado.