Braithwaite, al mercado: a Bordalás ya le encajaba, pero al Valencia no le acaba

Aunque la temporada acaba de terminar los clubs empiezan a moverse. No solo hay rumores de llegadas y salidas en el Valencia CF, sino que va más allá. En el FC Barcelona, se ha decidido poner en el mercado a Martin Braithwaite, un jugador que ya sonó el pasado verano para llegar a la capital del Túria con el visto bueno de José Bordalás. Por el momento, no hay ninguna información que lo sitúe en Mestalla, pero lo que parece irrevocable es la decisión del conjunto blaugrana de dejarle salir teniendo en cuenta la amplia nómina de delanteros de la que disponen.

En ese sentido, el Mundo Deportivo explicaba en su edición de hoy que el Valencia se habría interesado por la cesión del danés, junto al Brighton y al Celta de Vigo. La realidad es que fue uno de los nombres que ofreció el Barcelona en la reunión entre Laporta y Murthy para abaratar una supuesta oferta por Carlos Soler y que, a día de hoy, no cuadra en el Valencia.

Pero no siempre ha sido así y, pese a que el Valencia CF no ha iniciado ningún contacto por Braithwaite, su nombre ya estuvo sobre la mesa el pasado verano en conversaciones entre la entidad valencianista y el Barça, como ya informó ElDesmarque Valencia. De hecho, José Bordalás dio luz verde a una operación que finalmente no llegó a buen puerto. El alicantino ya lo quiso temporadas atrás para el Getafe. La realidad es que, en el Valencia actual no es segura ni la continuidad del técnico, como para poner nombres propios en el mercado como el de Braithwaite, que a punto de cumplir 31 años apenas ha jugado con Xavi y el Barcelona quiere deshacerse de él a toda costa. Por eso, cedido a coste cero podría tener acomodo en un futuro, pero ahora no es la opción prioritaria de mercado para el Valencia.

Por aquel entonces, Braithwaite como moneda de cambio

El FC Barcelona, aprovechando la situación de necesidad del Valencia CF, planteó a Braithwaite como moneda de cambio para abaratar el precio de José Luis Gayà. Ahora bien, el conjunto de Mestalla entendía ambas negociaciones como paralelas y que no debían influir una en la otra. Al final, todo quedó como estaba.