Carlos Soler, doloroso adiós a toda una vida en blanco y negro: "Es lo que toca"

Pieza muy cotizada, símbolo del Valencia CF y del valencianismo, Soler estaba llamado a ser una de las estrellas de la presente temporada pero, estancada su renovación desde enero, ha llegado el momento de salir. Carlos Soler demuestra su valencianismo hasta en el momento del adiós, cuando ha exigido que, para salir, quedara una buena cantidad en el club. Atrás deja toda una vida como valencianista, club que abandona tras 18 años. En Mestalla se queda una vida en blanco y negro y empieza una nueva tentado por los colores de uno de los grandes clubs del planeta, de nombres como Messi, Mbappé o Neymar. Soler se va con un nudo en la garganta y con un "Amunt Sempre" porque es "lo que toca", pero seguro que por mucha ilusión que le haga jugar con los mejores, nada cambiará su estancia en el club de sus amores, al que seguro seguirá animando.

El Valencia, es verdad, pierde por su incapacidad económica, a un jugador que lo ha sido todo para la afición y le saca un importante rendimiento económico -quizá menos del que vale-, cuando en tres meses era libre para firmar gratis. Eso no endulza el regusto amargo de ver como otro canterano se va casi de forma consecutiva tras los casos de Ferran Torres, Kang In Lee. El proyecto Meriton, es un hecho, se descapitaliza un poco más de sentimiento sin Carlos. A nivel sentimental, la parroquia pierde un referente más y tocará agarrarse al escudo, a Gayà o al propio sentimiento valencianista.

Pero es que Carlo Soler ha sido todo en el Valencia. Tenía apenas siete años, cuando un pequeño artista del balón que había logrado el trofeo 'Pepe Valls', llamó la atención de todo el mundo. Nadie se imaginaba que ese encuentro entre el Bonrepós y el Valencia iba a convertirse en el principio de una preciosa historia que hoy pone un punto y final. Ese día Carlos Soler no defendía la elástica valencianista, es más...le endosó tres tantos a un Valencia que se presentaba como favorito al duelo. Las libretas de los ojeadores de Mestalla hervían aquella mañana. Ese futbolista, había nacido para jugar en la Avenida de Suecia. 

Antes de todo eso, Soler recuerda cuando bajaba cada tarde con su abuela Amalia al pequeño jardín de Benicalap, donde repartía su atención entre el bocadillo de chocolate y los balonazos a la pared, lo último que pasaba por su cabeza es que algún día sería futbolista profesional. De hecho, su abuelo Rafael tuvo que convencerle con un jugoso regalo para que se enrolara en su primer equipo, el Bonrepós.

Hasta allí se desplazaban nieto y abuelo, junto al hermano mayor Álex, en una vieja furgoneta con los chistes de Arévalo como inseparable banda sonora. Pronto llegó la llamada del equipo de su vida, al que no dudó en marcarle tres goles la primera vez que lo tuvo enfrente. Eran los tiempos del 'Doblete', que Carlos vivió orgulloso con su flamante chándal de entrenamiento y sus fotos con Mista, Baraja... 

Lo vivió en familia, como ha vivido todo desde que comenzó a dar patadas al balón. Entorno al arroz al horno de los jueves, rodeado de abuelos, padres y hermano, los éxitos se digieren mucho mejor

Llegó como delantero..

Después de anotarle tres goles al Valencia CF, Soler aterrizó en la Ciudad Deportiva de Paterna como 'striker' hace 17 años. Sus estadísticas hablan por sí solas: 500 goles en su casillero y más de cien asistencias. Una radiografía que estimuló temporada tras temporada el ascenso meteórico de Carlos.

Su llegada al fútbol once provocó que poco a poco fuera retrasando su posición. Lejos de significar un problema, Soler se fue adaptando a cada una de las posiciones del verde. Para sus entrenadores no era uno más, era el chico que quería triunfar en 'su' Valencia.

Años después, no demasiados, se convirtió en el timón del filial del cuadro del Turia a pesar de tener todavía edad de Juvenil División de Honor. Solo un resquicio a la polémica: su renovación. La herida se subsanó con el deseo de un equipo que quería tener a Carlos y las aspiraciones de un joven que solo quería darle a la pelota en el cuadro de sus ídolos.

Tras un paso fugaz por el filial rápidamente contó con el cariño de Pako Ayestarán, al vasco le debe mucho a pesar que no le dio la gloria del debut. Ese derecho se lo reservó Prandelli en un conato de responsabilidad. El hombre de la continuidad fue un técnico de la casa, Voro, que un 9 de enero le abrió la puerta de la titularidad, le dio galones en la medular y no decepcionó. No era un partido para lucir, pero Carlos Soler se puso el mono de trabajo y se desfondó, siendo el jugador que más kilómetros corrió durante los 90 minutos.

Voro le dejó en la rampa de lanzamiento para que Marcelino terminara de moldearlo. Luego ya nadie podía tocarle y Soler ha sido fijo con todos los entrenadores: Celades, Gracia, Bordalás y lo era con Gattuso.

Grande dentro del campo, fuera aún lo es más. No hay iniciativa a la que diga no, ni detalles que confirmen su predisposición absoluta para hacer feliz a un pueblo entero si hace falta. Y si no que se lo cuenten a los vecinos de Azuaga.

Otras fechas que Carlos Soler no olvidará

Dentro de su elenco de goles y momentos, Carlos recuerda también su primer gol como jugador del primer equipo en casa. Fue el 6 de abril de 2017, en Mestalla frente al Celta de Vigo. “Me acuerdo de que cuando marqué y volvía a nuestro campo escuché a la gente corear mi nombre, no sabría explicar lo que sentí y he tenido esa suerte”. He tenido esa suerte”.

Tampoco se le escapa su estreno anotador, “el primer gol con el primer equipo marcado al Villarreal CF en su estadio. Escuché a la gente corear mi nombre, no sabría explicar lo que sentí".

Ya con Marcelino llegó su primer gol en la Champions League frente al BSC Young Boys. Ese día guardó la camiseta. Fue en 2018, el año en el que creció y se asentó en la élite de la mano del técnico asturiano con el que llegaría la consagración absoluta en el 2019.

Y es que, Carlos Soler coronó en Italia un año casi perfecto. El centrocampista español se proclamó campeón del Europeo sub 21 con España y sumó su segundo título de la temporada, junto a la Copa del Rey que levantó con el Valencia CF en una final en la que fue protagonista dando la asistencia a Rodrigo para marcar el segundo gol de la Copa del Rey. 

Los momentos duros que también los hubo

Pero no todo ha sido color de rosa para Carlos. Primero la destitución de Marcelino, un técnico con el que alcanzó su mejor nivel era destituido de forma fulminante. Después, una inoportuna lesión de tobillo lo tuvo dos meses parado. Por suerte para él y para el valencianismo aquello quedó en el olvido. Golazos ante el Chelsea o ante el Real Madrid, además de jalonar una merecida renovación hasta 2023, demostraban que el Valencia CF del presente, se iba asentar sobre un pilar llamado Carlos Soler.

Después vino la limpia de 2020, la pandemia, y la reconstrucción del equipo. La progresiva descapitalización del equipo por parte de Peter Lim y su gestión por los problemas económicos y la llegada de nuevos jóvenes valores convirtieron a Soler a sus 25 años en uno de los pocos grandes referentes del equipo hasta su marcha. Era el capitán y llevaba el 10 a la espalda.

El palmarés de Carlos Soler: la Copa y la descapitalización del equipo

Su último logro como valencianista fue ser subcampeón de la Copa del Rey ante el Betis. Precisamente en esa competición, Soler ya se destapó y fue co-protagonista de aquel equipo que, dirigido por Marcelino García-Toral, conquistó en esa misma ciudad de Sevilla la Copa de 2019 ante el Barcelona. Pero en aquella plantilla había muchos referentes más, de Dani Parejo a Rodrigo, pasando por Ezequiel Garay, Francis Coquelin o Geoffrey Kondogbia. Luego, ya en La Cartuja, a él le tocaba tirar del carro y casi logra su segundo título

Se va del Valencia habiendo firmado 17.054 minutos repartidos en 226 partidos oficiales en los que anotó 36 goles y dio 31 asistencias ¡Con sólo 25 años!

Pudo haber sido el colofón a su etapa en el Valencia, acabar la temporada pasada en Europa y con otra Copa, pero un desgraciado penalti de Yunus Musah se lo impidió.

De Mestalla, al cielo de la Selección

Ser indiscutible en el Valencia le ha permitido labrarse una gloriosa carrera en la Roja, dónde se ha proclamado campeón del Europeo sub 21 y es medalla de plata olímpica. En la absoluta es indiscutible para Luis Enrique. Tres goles en 9 encuentros con la Roja, demuestran su capacidad.

Tras ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (celebrado en 2021), la Generalitat le concedió Carlos Soler,  la medalla al Mérito deportivo de la Generalitat Valenciana

Números de crack en su últimos dos años

El rendimiento de Soler o las sensaciones que da sobre el terreno de juego se pueden discutir, también tiene detractores en la parroquia valencianista, pero lo que es innegable es que sus números no están al alcance de cualquiera. De hecho, lo sitúan como uno de los mejores centrocampistas de LaLiga Santander en las últimas dos temporadas por su incidencia en los goles. El Valencia traspasa a su futbolista más determinante en la medular.

2020/21: 12 goles y 9 asistencias
2021/22: 10 goles y 4 asistencias

El caso es Soler se va del Valencia habiendo firmado 17.054 minutos repartidos en 226 partidos oficiales en los que anotó 36 goles y dio 31 asistencias ¡Con sólo 25 años! y dejando un vacío enorme en una afición que lo idolatraba