El Valencia CF perdió con merecimiento ante el Rayo Vallecano en el duelo de la quinta jornada de LaLiga Santander. Los de Gattuso encajaron dos goles a balón parado, uno al principio de cada tiempo, y a partir de ahí se vio superado por un Rayo más intenso, que se llevó casi todos los duelos y que supo maniatar al Valencia. Los de Gattuso no fueron ni la sombra del equipo brillante y eficaz que doblegó al Getafe. Los valencianistas no estuvieron finos en la creación y, sin esa señal de identidad que ha impuesto Gattuso, este Valencia no sonríe. Sin pelota este equipo se vuelve vulnerable y así nació la primera victoria vallecana como local en 2022 y la tercera derrota del Valencia esta temporada. En el 92, de cabeza, Diakhaby recortaría de tras una gran asistencia de André Almeida tras un saque de falta lateral, pero llegó demasiado tarde.
De inicio Gattuso apostó por un once muy reconocible pero con tres cambios cantados: Gabriel y Gayà en la defefensa y Hugo Duro en ataque. De poco le sirvió tirar de los galones, cuando Isi Palazón, de nuevo el habilidoso extremo, se adelantaba en un saque de falta lateral para adelantar a los madrileños. A nadie le puede sorprender porque todos los goles del equipo de Vallecas este año han sido en jugada ensayada.
El Rayo ganaba todos los duelos, tenía bien estudiado a los de Mestalla. Presionaba la salida de los centrales y cerraba a Hugo Guillamón maniatando a los de Gattuso que no sabían cómo salir de su área. Sólo los balones largos permitían a los valencianos -estrenaban la senyera- tomar algo de aire. Era un espejismo porque en el 14 sólo un Mamardashvili espectacular impidió que el 2-0 subiera al marcador. De nuevo la jugada había nacido en una presión y recuperación del Rayo en el medio y Trejo se presentó sólo ante el meta georgiano que le privó del gol. El rechace cayó a Álvaro García y, una vez más, Giorgi, se la sacó en el área pequeña.
Eléctrico el Rayo, se encontró con un regalo de Yunus y Camello, desde la frontal, forzó la enésima estirada de Mamardashvili. Era un milagro que el Rayo no hubiera sentenciado ya el choque. El Valencia se marchó a la pausa de refrigeración noqueado, dominado y sin saber qué hacer ante un rival más intenso y que no bajó su presión hasta el 35, momento en el que los de Gattuso se estiraron algo más. El despliegue local hasta ese momento había sido sobrehumano.
Tras el paso por vestuarios, el Valencia CF se estiró y, a las primeras de cambio, una gran jugada de Castillejo con un pase medido a Yunus en la derecha. El neoyorquino la puso atrás donde Nico, libre de marca, la mandó a las nubes. El gallego estaba siendo de los mejores pero la desgracia se cebó con él. A la jugada siguiente, en el saque de un córner, el centrocampista quiso despejar y se la metió en propia meta el 2-0.
El gol le sentó mal al Valencia y Gattuso sentó a Nico González y sacó a Marcos André en pos de un empate que parecía imposible. De hecho, quien estuvo más cerca de marcar fue el Rayo, que casi aprovecha un regalo de Guillamón en el área pequeña. Ese cambio le dio algo más de empaque a los de Mestalla pero no suficiente y el técnico sacó a Kluivert, que debutaba, y a Lato, por un Gayà falto de ritmo.
Gattuso aún le dio un giro más al ataque y sentó a su mediocentro defensivo y sacó a André Almeida, un interior, para jugar en el medio. Con balón el equipo se defendía, pero cuando lo perdía era un caos. Tuvo una ocasión de Lino más, y otra de Kluivert, que pudo marcar, pero ni por esas lograba recortar distancias en los mejores minutos de los de Mestalla. En el 92, un buen centro de André Almeida tras un saque de falta permitió a Diakhaby hacer el 2-1 pero el gol llegaba demasiado tarde.