Vaya por delante que entiendo que un seleccionador se plantee sustituir a un jugador que está lesionado levemente antes de una cita para un Mundial. No es cuestionable que es él quien debe dirigir. el grupo y elegir a los 26 que defenderán los colores de España. Sin embargo, tampoco es cuestionable que se pueda dudar de si, en vez de haber sido el capitán del Valencia CF Gayà el lesionado hubiera sido otro, por ejemplo Busquets, la decisión de Luis Enrique y de los galenos de la selección también podría haber sido diferente. Tan grave no estaba cuando, según los galenos del Valencia, este sábado podrá ser uno más en la vuelta al grupo. El propio Luis Enrique ha establecido un listón muy delgado y ahora que tiene tocados a Guillamón, Morata y Ansu Fati, parece que no va a aplicar el mismo criterio ¿Por qué? Esa duda es la que nos corroe.
Es la sombra de la sospecha lo que duele, lo que inquieta. Esa sensación de desamparo que te lleva a pensar que la justicia no es igual para todos. Cuando el poder judicial, el legislativo o el ejecutivo fallan es lo peor que puede suceder en una sociedad democrática y que debería estar regida por los principios básicos de igualdad ante la Ley. Pasó con la Supercopa, cuando el Valencia cobró menos que otros y tuvo que denunciarlo, pasa con el VAR, pasa cuando un árbitro ve penalti en contra del Valencia y no otro en contra de otro equipo en la misma jornada de LaLiga Santander. Esa duda o sospecha de que quien tiene el poder de legislar (RFEF o Gobierno), de juzgar y de ejecutar (árbitros o jueces), no lo hace siempre bajo los mismos principios es lo que asusta al ciudadano, genera temor, desamparo y, en mi caso, desánimo.
La decisión con Gayà no hace más que ahondar en las sospechas de que la justicia deportiva no es igual para todos.
Salvando muchísimo las distancias y sin querer comparar los asuntos, pasa algo similar con la Ley del Sí es Sí. Nadie duda de que la intención es la mejor del mundo, pero si el resultado es la reducción de penas a las que se acogen ya decenas de condenados, el error es manifiesto. Desconozco jurídicamente si se podrá volver atrás, pero el daño moral a las víctimas y la sensación de indefensión ya está hecho. Eso ya no se lo quitarán a nadie, como nadie nos podrá quitar la duda de que hay distintas varas de medir en el mundo del fútbol. No hace falta tan lejos para darse cuenta. ¿Recuerdan cuando al propio Gayà le cayeron cuatro partidos por criticar a los árbitros y a Carlo Ancelotti ninguno por decir lo mismo? Pues eso. Una canallada. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en València
La selección española está adulterada y el seleccionador español está comprado no tiene ni voz ni voto todo está al servicio del real Madrid y del Barça para perjudicar al Valencia esto es una campaña orquestada por el calvo y sus secuaces gaya se merece un respeto y el Valencia CF también no es normal que el mejor lateral izquierdo de España por un simple esguince de tobillo leve no les convenía estos sinvergüencillas de la federación