Hay un día al año, al menos uno, que un servidor se despega de la actualidad futbolística para ver con ojos de profesional, pero también de aficionado, la prueba reina de la ciudad que no es otra que el Maratón Valencia Trinidad Alfonso. Gracias a Juan Roig, un año más, el nombre de la ciudad ha vuelto a lucir con fuerza en todo el planeta. Ver cómo trabaja su Fundación, ver cómo miman cada detalle, cómo durante meses trabajan denodadamente para que la prueba sea un éxito te hace empatizar con ellos, estar a su lado, sufrir cuando las previsiones no salen o, como en este caso, celebrar cuando, un año más, la carrera acaba siendo un rotundo éxito. Pero claro, el que conoce lo que hay detrás, no puede sorprenderse porque cada año el Maratón Valencia sea mejor, más rápido, más fuerte. Los tiempos estratosféricos de Kiptum y Beriso lo colocan ya como una de las tres mejores pruebas de la historia, del mundo, y todo es gracias a un señor, Juan Roig, que además de ser un empresario de éxito, tuvo la genial idea de destinar parte de su dinero al deporte valenciano. Así que, sin ambages, gracias.
Las cosas bien hechas molan y, aunque el principal papel de la prensa sea criticar para que las cosas se hagan aún mejor, no está de más contarles a ustedes, queridos lectores, que también hay veces en las que se gestiona con criterio, con sentido y pensando en la posteridad. Para los valencianos, para los deportistas del Cap i Casal, y para los periodistas, es una suerte tener un tipo como Roig que bien podría dedicar sus beneficios a otras cosas y no a hacernos un poco más felices a muchos. Verle sonreír y prometer que la prueba llegará a 60.000 corredores es música para los oídos de un deportista o un periodista, aunque a Paco Borao se le pongan los pelos como escarpias (vídeo superior)
Realmente pensaba en que algunas cosas se hacen bien horas antes del Maratón Valencia, cuando en casa preparándome la mochila Yunus Musah caía con honores en el Mundial de Qatar. Lo que ha hecho este chico es muy grande. Si fuera otro club, otro jugador, lo miraríamos con envidia pero por fortuna es del Valencia CF y, además, está bien atado. Porque, esta vez sí, el club hizo tres cosas bien. Primero lo enamoró y lo pescó de una cantera top como la del Arsenal. Después, lo ató con una cláusula de 100 millones (tiene contrato hasta 2026, fecha del próximo Mundial que será en su país donde dentro de nada será un icono) y, en tercer lugar, el club -aunque sea por las circunstancias actuales- le dio minutos a gogó para que hoy en día se permita el lujazo en ser el futbolista más joven en disputar una eliminatoria de Copa del Mundo como titular con Estados Unidos. Ahí es nada, con 20 años recién cumpliditos. Ese futbolista, aunque aún le queda un amplio margen de mejora, va a tener un valor estratosférico. No sé si será el que pague las facturas del Valencia, pero sí tengo claro que, al fin, no se producirá otro caso Ferran Torres o Kangin Lee, que no es poco.
Y es que, cuando las cosas se hacen bien, es más fácil que terminen saliendo correctamente por eso hoy fue un gran día para el deporte valenciano con la lluvia de récords que cayo en la ciudad del running. Enhorabuena, gracias y feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en València