Baraja espera que Mestalla, de nuevo, sea clave este lunes en la lucha por la salvación. El Pipo lo dice porque sabe de lo que habla, porque conoce cómo se las gasta este vetusto estadio cuando la afición le da esa descarga de adrenalina necesaria que hace que sus paredes cobren vida cien años después de su fundación.
Ante la crisis de fe que vive el valencianista por los continuos guantazos que recibe por todas las partes, sólo queda Mestalla, el sentido de pertenencia a algo más grande que uno mismo y que es el sentimiento y el amor por el escudo. Porque estas dos semanas de parón han sido especialmente duras para el valencianismo. Con apenas unos días de antelación he escuchado a Amadeo Salvo y Aurelio Martínez pretendiendo que todos comulguemos con ruedas de molino en vez de decir un fácil: "Lo siento, también nos engañó Lim a nosotros" o similar. He escuchado al Ayuntamiento (Beamud y Gómez) poner tierra de por medio con un convenio que los técnicos tienen muy avanzado y confirmando que el tema del estadio del Valencia CF es un asunto que ahora no interesa tocar y menos cuando hay elecciones. Publicado está: el convenio, cuando convenga. Creo que en este asunto nos equivocamos de enfoque y que aligerar ese asunto puede ser la puerta para la ansiada salida de Peter Lim. Será ya el próximo acalde/sa quien lo resuelva. Caixabank tiene claro -es lógico aunque duela- que mientras Lim/Meriton/Valencia CF paguen, no hay tema. O al menos no es su tema. Bankia dio el visto bueno a la venta para que los préstamos se sigan pagando, lo de la pelota no va con ellos, es sólo interés nuestro, de usted, del valencianista de a pie.
Entretanto, el principal sufrimiento es ver como el máximo accionista ha dejado el equipo hecho unos zorros, sin fichajes en enero, en puestos de descenso y jugándose la vida en cada partido. Te frotas los ojos y la pesadilla no acaba. Es deprimente ver al Valencia empequeñecido. De su grandeza queda su historia, el recuerdo, y una afición que gana partidos, que aguanta protestando o resignada, que su suerte cambie y que se refugia en su querida guarida de Mestalla como si fuera una trinchera para defender el último palmo de terreno que queda y esperando que el bombardeo desde todos los lados cese. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia