Lo de Nico González no se queda en un simple susto, pero al menos no es ninguna lesión grave. El canterano del FC Barcelona, que se retiró lesionado al descanso, sufre finalmente un esguince leve en el tobillo y se marca como objetivo llegar a la final ante el Almería que se disputa este domingo a las 18:30 horas en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. De hecho, ni siquiera se va a someter a pruebas médicas y trabajará al máximo para ser uno más ante el conjunto andaluz.
Ver a Nico González cojear tras aquella acción en la que un jugador del Rayo se le cayó encima encendió las alarmas de Mestalla. Es un jugador que llevaba tiempo lesionado y que poco a poco estaba volviendo a recuperar el nivel. De hecho, hizo unos primeros 45 minutos muy completos. No pudo seguir tras el descanso y Yunus Musah entró en su lugar. Rubén Baraja explicó en rueda de prensa cómo estaba el asunto: "Ha tenido una torcedura. Le han atropellado y queríamos esperar, pero hemos decidido modificar. Es un esguince leve según la primera exploración". Si no llegase al Almería, estará seguro en otro partido clave ante el Sevilla FC, el domingo 16 de abril.
El joven centrocampista ya puso todo lo que estaba en su mano para acortar plazos tras su lesión y consiguiente operación en el pie y recortó la friolera de tres semanas. Ahora, tras este esguince leve que frena su progresión y mejoría, vuelve a tener el objetivo de estar disponible lo antes posible e intentará jugar ante el Almería.
Su lesión es un contratiempo para un Baraja que había visto cómo esta semana la enfermería se vaciaba por completo. Si finalmente no llega, lo previsible sería que Yunus Musah ocupase su lugar en el centro del campo junto a Hugo Guillamón y André Almeida.