Baraja rectifica a tiempo: la remontada nació con un cambio de sistema

Rubén Baraja dio continuidad al plan que le hizo llegar a los 10 puntos bajo su mandato y supo rectificar a tiempo. Mismos nombres, mismo esquema, pero esta vez el rival tenía mucho en juego y planteó un partido incómodo. El Valencia CF ganó sobre la bocina con un alarde espléndido de Javi Guerra ante el Real Valladolid (2-1): tres puntos que sirven para salir del descenso. El técnico vallisoletano tardó para hacer los cambios y acertó para situar al Valencia dos puntos por encima de la zona roja.

La victoria tiene nombre y apellidos esta vez, pero lo cierto es que Baraja estuvo reactivo para cambiar el plan. En el minuto 30, hubo un cambio de sistema con los mismos jugadores. Cenk ocupó el lateral izquierdo, Gayà actuó de extremo y Lino centró su posición. Quizás no como consecuencia pero sí a partir de la variante táctica, el choque comenzó a caer del lado local.

El cambio táctico, el de Hugo Duro y Mestalla, de nuevo claves

La imagen hasta la segunda parte fue impropia de un equipo que se jugaba lo que se juega el Valencia. No valían sistemas, futbolistas de dulce ni actuaciones arbitrales. El Real Valladolid fue superior durante los primeros 30 minutos sin contestación alguna. En esas, Baraja reaccionó antes del descanso. Pasó de un 5-4-1 a un 4-4-2: doble punta con Cavani y Lino.

Hugo Duro, Mestalla y Baraja tenían algo que decir. El madrileño fue la imagen del Valencia, más por coraje que por fútbol; Mestalla empujó; y Baraja pidió una y otra vez que apretaran a su rival. El partido estaba condenado al empate hasta que Javi Guerra decidió dar tres puntos de oro.

Un rival similar y en racha no superan a Baraja

Los pucelanos no sabían lo que era perder con el nuevo entrenador. Siete de nueve puntos posibles avalaban el trabajo del sustituto de Pacheta, que también dio continuidad al 5-3-2 que le había dado rédito. Pues bien, tal vez Baraja pensó que mantener la línea de cinco era una buena idea para igualar lo que disponía su rival sobre el césped. La idea le duró 30 minutos: un Valencia inoperante había inquietado bien poco a Masip.

En cambio, aunque el gol fuera fruto de un error no forzado e individual por parte de Diakhaby, el rival se mostró mejor plantado en la primera mitad. Pezzolano, en la grada por sanción, reforzó así el centro del campo. Ahí, Monchu, Kike Pérez y Amallah, hasta que pudieron, ganaron la partida a Nico y Almeida. O hasta que Baraja resituó su equipo en un nuevo sistema.

Las bajas no ayudan, a falta de goleadores Javi Guerra

El Valencia CF ya sabía que Thierry o Kluivert necesitan algo más de tiempo para ponerse a trabajar con el grupo, Marcos André no volverá hasta después del verano y otras malas noticias se acumularon en la previa del partido. Ni Samu Castillejo ni Fran Pérez, que habrían podido ser revulsivos, estaban a disposición de Baraja. Por el overbooking de defensas y la escasez de futbolistas de ataque también se explica el once de Baraja. Y tras haber conseguido la igualada, el camino a la victoria lo tenía un centrocampista de la Academia. Guerra salió, condujo y sacó un chut que sabe a una victoria de permanencia.