El Valencia empató de milagro ante el Espanyol gracias a los goles de Diego López en la primera mitad y de Lino en el 93 y manda a Segunda al Espanyol pero no está salvado. Solo dos carambolas harían que bajase a Segunda División. En una jornada 38 con enfrentamientos directos, solo descendería si esta acaba con un triple empate en las posiciones 18, 17 y 16 entre Getafe, Cádiz y el propio Valencia, donde el club de Mestalla sería el gran damnificado consumando el descenso. Pero para que eso se dé, han de pasar muchas cosas. La primera, que el Real Valladolid le gane en casa al Getafe CF, que todavía no está salvado. Asimismo, el Cádiz CF tendría que perder contra el Elche CF (solo con que los gaditanos puntuasen, el Valencia CF estaría salvado porque rompería ese triple empate). Y por si eso no era poco, Almería y Celta deberían ganar a RCD Espanyol y FC Barcelona, respectivamente. Los primeros juegan como visitantes y los segundos como locales. Todos estos supuestos, claros, son sin olvidar que el Valencia CF también juega. Sumar significaría sellar la permanencia de forma matemática. Vamos, casi como en 1983.
La gestión de la temporada, en especial un mercado de invierno en el que Peter Lim no dio el OK para renovar hace que, de nuevo, 40 años después, el Valencia esté pendiente de una carambola para salvarse. En aquella ocasión, gracias al gol de Tendillo se dio. En esta las combinaciones aún son más sencillas pero tienen que darse. Para empezar, el equipo de Baraja depende de sí mismo para salvarse y eso es mucho.
Así, el 1 de Mayo de 1983, estaba en juego la última jornada de la Liga 1982/1983. Ese día se enfrentaban Valencia CF y Real Madrid en un partido vital para ambos conjuntos: el Valencia necesitaba ganar y esperar la derrota del RC Celta de Vigo, Las Palmas y Racing en sus respectivos choques, para no descender a Segunda División.
El Valencia necesitaba ganar y esperar la derrota del RC Celta de Vigo, Las Palmas y Racing
El Real Madrid, por su parte, se situaba un punto por encima del Athletic de Bilbao, con el que se disputaba el título liguero. Un triunfo les daba la Liga. Además, para terminar de rizar el rizo, era imprescindible que el quinto partido en liza, el Osasuna-Barcelona, finalizara con triunfo de uno de los dos contendientes, el que fuera.
Un empate en El Sadar mandaba a Segunda al conjunto de Mestalla. No lo hicieron, aunque en el minuto noventa, cuando el equipo navarro ganaba por 1-0, el barcelonista Quini envió un balón al palo. El empate habría condenado tanto al Osasuna como al Valencia, pero ambos se salvaron con 26 y 25 puntos respectivamente.