Hace exactamente nueve años la Junta General de Accionistas elegía a Layhoon Chan como presidenta del Valencia CF en nombre de Peter Lim. Se oficializaba el desembarco de Meriton en el conjunto de Mestalla que se había firmado poco antes, el 24 de octubre. En estos nueve años ElDesmarque Valencia ha ido dando cuenta de todos los bandazos, alegrías y más sinsabores de la etapa Lim, así como de las protestas contra su gestión. Al margen de la inminente junta de accionistas del próximo mes de diciembre en la que volverán a entrar los accionistas con nueve títulos ante un Lim que posee el 92% de las acciones, el Nou Mestalla es el principal caballo de batalla que afronta el club. Layhoon volvió a la presidencia como en sus inicios hace más de un ñao tras la destitución fulminante de Anil Murthy. Era la mujer que venía con el beneplácito del máximo accionista para agilizar las gestiones con la Administración pero ni ha resuelto eso, ni ha mejorado la situación deportiva y el club sigue en barrena, desinvirtiendo y sin una fecha fija para empezar el Nou Mestalla. La única esperanza que alberga el valencianismo es que esas tres pesadillas sean el paso previo a la venta del club y el adiós de Lim.
La situación del Valencia CF es cada vez peor a nivel deportivo ya que esta temporada está siendo la peor desde que Meriton se hiciera cargo de la entidad. Un declive histórico ya avisado tras varios años de coqueteo con la parte baja de la tabla que la temporada pasada se confirmaron con una lucha muy sufrida por salvar la categoría hasta la última jornada. La sorpresiva, milagrosa y decisiva aparición en escena de la Quinta del Pipo salvó los muebles y este año está manteniendo el tipo.
El Valencia CF cada vez es un equipo más pequeño. Baste escuchar a Layhoon asegurando que el objetivo es la permanencia, El Valencia CF cerró el mercado con una plantilla corta y margen suficiente en el coste de plantilla. El Valencia tenía margen pero ha decidido no gastarlo. Es la prueba evidente de que el máximo accionista no quiere invertir más dinero, un movimiento que muchos analistas interpretan como el comienzo de una retirada paulatina. Aseguran que Peter Lim está empequeñeciendo el club, tratando de equilibrar por lo bajo ingresos y gastos para que sea más apetecible en el mercado.
Esta reversión económica ha granjeado la oposición frontal de todo el valencianismo que no desaprovecha cada ocasión para mostrar su deseo que se vaya. La última vez este lunes ante el Cádiz, cuando se vieron pancartas, carteles de Lim Go Home y todo el estadio cantó "Peter Vete ya"
La oposición a Peter Lim es social, pero también política y se manifiesta en cuestiones como el convenio del Nou Mestalla. Todas las fuerzas han mostrado sus reticencias y el Ayuntamiento de Valencia ha emitido un comunicado oficial sobre el Nou Mestalla en el que deja clara su postura de no negociar con el club ningún convenio mientras este no reinicie las obras, paradas hace 14 años, para indignación de sus aficionados y de los vecinos de Benicalap. El Ayuntamiento no realizará ninguna negociación sobre el convenio urbanístico hasta que el club retome efectivamente las obras de construcción del Nuevo Estadio.
A Peter Lim le toca mover ficha si quiere salvar los 80 millones de CVC y desbloquear jurídicamente un problema que le impide vender el club. Con el estadio en marcha es posible que aparezcan inversores, a los cuáles hasta la fecha o no ha escuchado o no le han ofrecido la cantidad suficiente para desprenderse de sus acciones y hacer que el valencianismo olvide la pesadilla de su paso por el club. Todo el mundo, al menos toda España está pendiente del singapurés pues sin Nou Mestalla no habrá Mundial 2030 en Valencia.
Nadie garantiza tampoco que con el estadio en marcha Peter Lim vaya a marcharse, eso sí.
"No había ninguna alternativa real a Peter Lim. Todo el mundo lo sabía, fue susto o muerte", explicaba en su día a ElDesmarque Valencia Juan Mercé, uno de los patronos que aprobó aquella venta y uno de los primeros en darse cuenta del error y en retirar su confianza al máximo accionista. La realidad es que el Valencia vive sumido en una crisis horrible llena de promesas incumplidas que van en camino de mandar al club a segunda división más pronto que tarde y que la salida no es sencilla.
Todo se originó en el contrato de compra venta. El patronato de la Fundación aceptó por unanimidad de sus patronos la oferta de Meriton de entre las cuatro finalistas que tuvo sobre la mesa como compradora del Valencia. El acuerdo abría la negociación entre Lim y Bankia sobre las deudas de club y fundación previas al cierre de la operación de compra venta. En principio eran 22 patronos, luego tres abandonarían (Juan Mercé, Eva Turanzo e Isabel Farinós) antes del acuerdo definitivo en julio de aquel año donde votaron diecisiete a favor y en contra el Ayuntamiento y la Diputación. Amadeo Salvo era el ,presidente del Valencia CF y Aurelio Martínez el de la Fundación.
Aquel día el patronato estudió los proyectos interesados en adquirir el club que previamente habían sido analizados por una comisión gestora creada al efecto en la que participaron la Fundación Valencia CF, el Valencia CF, Bankia y la Generalitat. Se estableció un listado de 20 puntos que debían superar las siete ofertas presentadas y finalmente aquel día se acordó vender sus acciones a Peter Lim a cambio de una serie de condiciones, la mayoría de ellas incumplidas.
En ElDesmarque reseñamos aquí las más importantes:
1) 100 millones de euros con el compromiso de que invierta más de trescientos millones en el club y un préstamo de sesenta millones de euros de manera inmediata para reforzar el equipo para la próxima campaña.
2) Acabar el nuevo estadio esté acabado para el día del centenario del club, en marzo de 2019.. Compromiso de acabar el estadio, con las premisas acordadas con el arquitecto Mark Fenwick entendidas como mínimo, y cerrar los compromisos con el Ayuntamiento (incluyendo la permuta de terrenos y el área deportiva asociada). El club llevó a juicio a la Generalitat y espera las licencias para empezar las obras, pero será sin convenio ante el hartazgo de las instituciones.
Es más, se llegó a decir hace una década que si no se vendía en el plazo acordado, tal y como explicó Aurelio Martínez, presidente de la Fundación que vendió el club, Lim tenía obligación personal de comprar el solar del Viejo Mestalla recalificado por 150 millones de euros, si en los dos primeros años no se vendía, cosa que no ha sucedido.
3) Ampliación de capital y reducción de la deuda del Valencia CF SAD para sanear el balance y fortalecer la entidad. Nada más lejos de la realidad, el club sigue endeudado y con un limite de
4) También se firmó: Presencia del pequeño accionista en el proyecto. En concreto se valorará especialmente el mantenimiento de los derechos políticos de los accionistas minoritarios y la conservación de un derecho de adquisición preferente, justo cuando en la.última junta se ha aprobado que para asistir a la misma hay que tener al menos 3.598 acciones, todo y que ahora volverán los nueve títulos.
5) La existencia de un proyecto de museo y centro de documentación asociado. La realidad es que el Nuevo Estadio debería estar incluido.
6) Potenciación de la imagen del Valencia CF en el mundo. Una condición alejada de la realidad pues hoy el club es noticia por manifestaciones contra la gestión como la que se realizó la campaña pasada dejando vacías las gradas de Mestalla.
Cuando se ejecutó la firma finalmente no se plasmó como debía blanco sobre negro los compromisos y de ahí el retraso en la construcción del estadio o los incumplimientos que ahora mismo sufre la afición después de que se modificaron las condiciones.