El desencuentro entre Robert Lewandowski y Lamine Yamal sobre el campo contra el Alavés ha resucitado otros enfrentamientos míticos que sucedieron en el mundo del fútbol. Santiago Cañizares contó en 'Tiempo de juego' el origen de su enemistad con Miroslav Djukic.
En muchas ocasiones los dos han hablado de ello, pero ha sido ahora cuando el exportero ha explicado con detalle cuál fue el origen de esa trifulca entre ambos. Cañizares recibió un gol y nada más pasar se dirigió a Djukic con aspavientos para recriminarle que había pasado por su culpa en un partido del Valencia contra el Real Madrid. A partir de ahí se vio que entre ellos no había buen rollo.
"Fue una jugada que yo le recriminé, una que acabó en gol. En una jugada en banda derecha, yo lo que quería que él aguantara a Raúl que estaba solo, era un dos contra uno y Panucci me hiciera a mi un cara a cara. Él fue al encuentro de Panucci, este centró y Raúl me hizo gol tranquilamente. Entonces yo le dije que tenía que ir al otro lado de malas formas y muy mal", explicó el ex guardameta del club valenciano.
Desde ese momento "hasta que se retiró" estuvieron sin hablarse. "Yo estuve muy mal, pero él en la rueda de prensa también lo estuvo". Cañizares cuenta que cuando se marcha del Valencia invitó a una cena a sus compañeros. Aclara que no fue hasta cuando Djukic se retira, sino cuando se va del club valencianista. "Al final de la cena me levanté y nos dimos un abrazo".
Fue ahí cuando los dos futbolistas dejaron en el pasado las rencillas que habían ocurrido en el campo y que durante tantos años produjo que no se hablaran fuera del campo. Los dos han hablado de ello en numerosas ocasiones y aseguraban que cuando llegaba la hora del partido, esas rencillas se quedaban a un lado.
Por aquel entonces, recibir un gol del R. Madrid era motivo de enfado y bronca. Hoy en día, es como cuando el Cádiz o el Burgos iban al Bernabeu en la época de la "Quinta del Buitre" y el dilema era saber si se llevaban 6, 5 o 4, pero sin ningún tipo de disgusto o bajada de autoestima, ya que era lo normal y ni siquiera plantaban cara. Poca autocrítica he visto en el club; eso es debido al empequeñecimiento progresivo que la propiedad ha hecho de un grande como es el Valencia c.f., sin ningún tipo de rubor. Esto es un purgatorio que hay que pasar hasta que Meriton se marche, espero que con el equipo en la élite. Por cierto, que gran época vivimos con los Cañizares, Baraja, Albelda, Aimar, Vicente y demás...Que grandes!!!!