Este año se ha visto cómo Rubén Baraja ha transformado la cara del Valencia CF. Con una plantilla a la que le faltan muchos refuerzos, ha sabido sacar el máximo de sus jugadores. El vallisoletano ha sabido darle al equipo una identidad. No era fácil, viendo cómo fue el año pasado. Quien sí lo tenía relativamente más fácil, pero no cuajó en el Valencia CF, fue Valdano. Llegó tras la dimisión de Luis Aragonés, a un Valencia CF subcampeón, pero no triunfó en Mestalla.
En una entrevista de Relevo, Iván Campo, ex futbolista del Valencia, da alguna clave: "Un entrenador tiene que ser sincero. No le puedo mentir al jugador. Eso es lo que le mataba a Valdano. No tenía sinceridad de entrenador y mucho menos como persona, y nosotros cuando vemos que eso lo pierdes, lo tiramos a un lado".
Un entrenador depende en su totalidad de sus jugadores. Son ellos los que juegan los partidos. El objetivo del entrenador es que sus hombres crean en él. Eso no pasaba en el Valencia CF de Valdano, tal y como cuenta Iván Campo: "No le puedo mentir al jugador, tengo que ser supersincero, tengo que saber llevarme bien con él, tengo que llegar hasta él, y creo que eso es lo que le mataba a Valdano. No tenía sinceridad de entrenador y mucho menos como persona, y nosotros cuando vemos que eso lo pierdes, lo tiramos a un lado".
Solo estuvo dos temporadas en las que dirigió al equipo de Mestalla en 47 partidos. El balance no puede estar más igualado. 15 victorias, 16 empates y 16 derrotas. Por estar igualado, lo está hasta en el balance de goles encajados y marcados, 65 en ambos casos.
Los malos resultados no fueron consecuencia de tener malos jugadores. Muchos de los que formaron parte de la plantilla de Valdano serían, a posteriori, aquellos que llevarían al Valencia CF a lo más alto.