Como ha repetido Rubén Baraja en más de una ocasión, en su plantilla quiere jugadores implicados y que aprovechen sus oportunidades cuando les lleguen. La 'unidad B' del Valencia CF, conformada por aquellos que no acostumbran a ser titulares, ha sido muy determinante en las últimas tres jornadas. En concreto, hablamos de tres jugadores en concreto: Hugo Guillamón, Sergi Canós y Roman Yaremchuk. Con tres goles, uno de cada uno, han contribuido a que el Valencia supere la cuesta de diciembre que tan compleja se preveía. Guillamón fue el que abrió la veda, y aprovechó la ausencia de Javi Guerra por sanción para mandar un mensaje en forma de golazo por la escuadra.
Era su primera titularidad de la temporada y cumplió con creces, lo que le permitió seguir siendo titular en los siguientes dos partidos. Tras él fue Sergi Canós, que se estrenó con el equipo de su vida con otro golazo por la escuadra. En apenas tres días, el de Nules dio la victoria en Vallecas y el de San Sebastián, el empate ante el FC Barcelona. Sin sus goles, el equipo se hubiese ido a las vacaciones de Navidad con tres puntos menos en el casillero. Por último, el primer gol de Yaremchuk en LALIGA EA Sports ha servido para que el Valencia CF sea el noveno clasificado con 26 puntos, a 6 de Europa y a 11 del descenso.
Roman Yaremchuk, que llegó en los últimos días de mercado para aportar gol al Valencia CF, se estrenó en LALIGA en el primer partido de 2024. Tras 13 partidos y más de 300 minutos, el ucraniano por fin anotó su primer gol en la Primera División española. Nada más empezar el choque ante el Villarreal CF, José Gayà se adentró por la banda izquierda tras un pase largo de Pepelu y se la sirvió al delantero para que anotase con la derecha, potente y alto por el palo del portero. Imposible para Filip Jørgensen.
Rubén Baraja ya había probado la doble punta ante el FC Barcelona y el resultado fue excelente. No se obtuvieron resultados materializados en goles, pero la sensación era que esta nueva disposición favorecía a los dos delanteros. Tan solo habían pasado cuatro minutos de encuentro cuando la táctica salió a relucir.