Este viernes se cumplen diez años desde que el Patronato de la Fundación aprobó por mayoría vender el Valencia CF a Peter Lim a cambio de unas promesas incumplidas y un sinfín de protestas sin éxito alguno. La penúltima, citada para este domingo cuando la afición está llamada a vaciar el estadio. El máximo accionista, aunque lleva años desaparecido y sin dar la cara. continúa reiterando que no vende en voz de los altos cargos del club e incluso de su hijo, también hace meses desaparecido. Sin embargo, la situación del Valencia CF sigue siendo pésima a nivel social y deportivo, aunque el equipo ha estado hasta el final luchando por Europa, una mala gestión deportiva y los recortes en el coste de plantilla condenan al club a quedarse fuera de Europa por quinto año consecutivo. Es un declive histórico que ya es tendencia y que Rubén Baraja hace unas horas ya le ha recordado al máximo accionista.
Todo esto ha generado cada vez más conflictos sociales, miseria económica y fracasos deportivos. La afición no puede más. Lleva varios meses pronunciándose antes y después de casi todos los partidos disputados en Mestalla en contra de Peter Lim, Lay Hoon y todos los gestores actuales del club para pedir su marcha. El minuto 19 y los carteles amarillos de Lim Go Home pueblan las gradas.
"No había ninguna alternativa real a Peter Lim. Todo el mundo lo sabía, fue susto o muerte", explicaba en su día a ElDesmarque Valencia Juan Mercé, uno de los patronos que aprobó aquella venta y uno de los primeros en darse cuenta del error y en retirar su confianza al máximo accionista. La realidad es que el Valencia vive sumido en una crisis horrible llena de promesas incumplidas que van en camino de mandar al club lejos de lo que su gloriosa historia pasada merece.
Si durante la temporada 21-22 se vivió una situación surrealista con los audios del expresidente Anil Murthy, en la pasada el equipo siguió manteniendo una situación económica, social y deportiva dramática que hizo al equipo luchar por evitar el descenso hasta la última jornada. En la presente, el tesón de Rubén Baraja y su Quinta de jóvenes y aguerridos jugadores ha permitido salvar la categoría holgadamente pero no ha evitado el cada vez mayor distanciamiento del club gestionado por Meriton con los aficionados y los políticos. Todo ello ha conformado un panorama negro para el futuro de una entidad centenaria que hace diez años decidió cambiar de rumbo gracias a unas promesas que la mayoría están incumplidas. Una de ellas, el Nou Mestalla, quince años parado y, en la actualidad, bloqueado precisamente por las continuas promesas incumplidas por el singapurés y sus acólitos..
Tras un larguísimo proceso de venta, que llegó a convertirse en una cruenta batalla entre las diferentes partes, el 17 de mayo de 2014 los 22 patronos de la Fundación emitieron su voto favorable al magnate de Singapur para adquirir el 70% de las acciones del club valencianista. El visto bueno del patronato inició un proceso que culminaría el 24 de octubre de ese mismo año momento en el que se convertiría, de facto, en el dueño del Valencia CF después de comprometerse a abonar 92 millones de euros.
El patronato de la Fundación aceptó por unanimidad de sus patronos la oferta de Meriton de entre las cuatro finalistas que tuvo sobre la mesa como compradora del Valencia. El acuerdo abría la negociación entre Lim y Bankia sobre las deudas de club y fundación previas al cierre de la operación de compra venta. En principio eran 22 patronos, luego tres abandonarían (Juan Mercé, Eva Turanzo e Isabel Farinós) antes del acuerdo definitivo en julio de aquel año donde votaron diecisiete a favor y en contra el Ayuntamiento y la Diputación. Amadeo Salvo era el ,presidente del Valencia CF y Aurelio Martínez el de la Fundación.
Aquel día el patronato estudió los proyectos interesados en adquirir el club que previamente habían sido analizados por una comisión gestora creada al efecto en la que participaron la Fundación Valencia CF, el Valencia CF, Bankia y la Generalitat. Se estableció un listado de 20 puntos que debían superar las siete ofertas presentadas y finalmente aquel día se acordó vender sus acciones a Peter Lim a cambio de una serie de condiciones, la mayoría de ellas incumplidas.
En ElDesmarque reseñamos aquí las más importantes:
1) 100 millones de euros con el compromiso de que invierta más de trescientos millones en el club y un préstamo de sesenta millones de euros de manera inmediata para reforzar el equipo para la próxima campaña.
2) Acabar el nuevo estadio esté acabado para el día del centenario del club, en marzo de 2019.. Compromiso de acabar el estadio, con las premisas acordadas con el arquitecto Mark Fenwick entendidas como mínimo, y cerrar los compromisos con el Ayuntamiento (incluyendo la permuta de terrenos y el área deportiva asociada). Lo último que se ha sabido es que, la ATE está caducada y que los partidos políticos bloquean el asunto si Lim no da más garantías (avales).
Es más, si no se vendía en el plazo acordado, tal y como explicó Aurelio Martínez, presidente de la Fundación que vendió el club, Lim tenía obligación personal de comprar el solar del Viejo Mestalla recalificado por 150 millones de euros, si en los dos primeros años no se vendía, cosa que no ha sucedido.
3) Ampliación de capital y reducción de la deuda del Valencia CF SAD para sanear el balance y fortalecer la entidad. Nada más lejos de la realidad, el club sigue endeudado y con un limite de
4) También se firmó: Presencia del pequeño accionista en el proyecto. En concreto se valorará especialmente el mantenimiento de los derechos políticos de los accionistas minoritarios y la conservación de un derecho de adquisición preferente. El caso es que se llegó a aprobar que para asistir a la misma había que tener al menos 3.598 acciones, aunque luego esa medida se redujo y entrará en vigor la temporada próxima con un año de retraso sobre lo prometido por Kiat Lim (el heredero).
5) La existencia de un proyecto de museo y centro de documentación asociado. La realidad es que el Nuevo Estadio debería estar incluido.
6) Potenciación de la imagen del Valencia CF en el mundo. Una condición alejada de la realidad pues hoy el club es noticia por manifestaciones contra la gestión como la que se plantea este mismo domingo dejando vacío Mestalla.
El caso es que, cuando se ejecutó la firma finalmente no se plasmó como debía blanco sobre negro los compromisos del máximo accionista con la entidad. De aquellos barros, estos lodos, como el retraso en la construcción del estadio, o los disgustos y la desafección que ahora mismo sufre la afición después de que se modificaron las condiciones de venta y tras diez años sufriendo a Peter Lim, sin visos además de que pueda salir a corto plazo.