El Valencia CF y el CA Osasuna empataron a cero el pasado 24 de septiembre en un partido en el que quizás el conjunto local mereció algo más. Ahora, unas semanas después, Vicente Moreno cuenta las consecuencias que le trajo este resultado con su padre: "Después del Barça estaba contento, pero recuerdo cuando salimos después del partido, que estaba fuera del estadio y el tío estaba enfadadísimo porque habíamos empatado y prácticamente ni me dirigió la palabra. Estaba muy indignado".
En esta entrevista para Noticias de Navarra, así habla de su padre: "Siempre, tanto de jugador como de entrenador. Recuerdo cuando terminaban los partidos de jugador. Ya podía haber metido tres goles, que siempre me decía lo que no había hecho bien y teníamos unas discusiones... Mi madre, la pobre, ponía un poco de paz, pero eran pocas las veces que me decía cosas buenas. Alguna vez sí, pero tenía que ser que hubiera metido cuatro goles y que hubiera hecho un partidazo. Y a veces ni así. Pocas veces me daba el mensaje positivo. Y luego como entrenador, casi lo mismo".
"Muchas veces le digo: 'Mañana te vienes al vestuario y les explicas tú a los jugadores'. Es una persona a la que le gusta mucho el fútbol y que el hecho de tener un hijo que ha jugado y que luego ha sido entrenador le ha hecho vivirlo con más pasión y con más sufrimiento, porque no sé si realmente lo disfruta o lo sufre", comenta después.
El actual entrenador del CA Osasuna nació en Masanasa, una localidad que se encuentra a apenas 9 kilómetros de Valencia. Ahora, vive una nueva vida en Pamplona y en la mencionada entrevista no se moja entre Fallas y San Fermín: "Tampoco soy muy fallero, pero me gusta ir a Valencia todos los días en la Mascletà cuando he podido, aunque es verdad que llevo 25 años fuera de Valencia y pocas veces he estado en marzo sin trabajar. He podido disfrutar muy poco de las Fallas, aunque la temporada pasada sí que vi la Mascletà. Son fiestas diferentes, pero la de aquí es muy disfrutona".
De hecho, Vicente Moreno cuenta que sus hijos siguen viviendo en la capital del Túria: "Tengo una hija de 21 años y un hijo de 20. Están estudiando en Valencia y por eso ahora mi mujer y yo somos los que nos desplazamos cuando vamos a vivir fuera de Valencia. Los dos han sido muy prematuros porque, al final, los hijos de las personas que nos movemos tanto se hacen muy independientes y es algo a lo que te tienes que acostumbrar y respetar".