La DANA de 2024 quedará siempre en el recuerdo de la Comunitat Valenciana como una de las mayores tragedias de su historia moderna. Ahora bien, no es la primera gota fría que azota la 'terreta' y a los más mayores les viene a la mente la riada del 14 de octubre de 1957. Ya hace 67 de aquella catástrofe que arrasó la capital del Túria y todo lo que encontró a su pasó... también el campo de Mestalla.
La Gran Riada del Río Turia que inundó Valencia en 1957 afectó gravemente a Mestalla: los sistemas eléctricos, las sillas de tribuna y las oficinas sufrieron la peor parte de aquellas horas tristes y horribles tras las cuales habían quedado 81 muertos, miles de valencianos sin hogar y la ciudad llena de barro y agua con muchos meses por delante para su reconstrucción total.
Aquel 14 de octubre de 1957, las fuertes lluvias de varios días acabaron desbordando por completo el caudal de río Turia a su paso por la ciudad y provocando numerosas pérdidas humanas y materiales. Por su proximidad, uno de los edificios que más afectado se vio por el agua fue el estadio de Mestalla.
El Valencia CF vio como su estadio quedaba completamente inundado durante aquellas horas y el agua llenaba las gradas, dejando un panorama desolador: las butacas caídas sobre el césped y el acceso al estadio y a vestuarios totalmente inundado.
Deportivamente claro que se notó y el equipo protagonizó uno de los peores arranques de su historia. En aquella temporada 1957/58 de la riada ya que el Valencia CF no logró la victoria hasta la jornada 11, un 8 de diciembre. Aquel año, el equipo comenzó mal. Acumuló tres empates y tres derrotas en las seis primeras jornadas y alargaría la mal racha inicial aún hasta la jornada décima. Bien es cierto que de los diez primeros encuentros del campeonato de Liga sólo pudo jugar dos por la riada, que empató ante el Real Madrid y el Barcelona.
De hecho, solo la temporada 2024/25 es peor que aquella. Cabe recordar además que en el interior del túnel de vestuarios por donde acceden al césped los jugadores del Valencia CF en cada partido como local, hay una placa que marca la altura exacta hasta la que llegó el agua en aquella riada.
La noche anterior a la gran riada, el Valencia CF, entrenado por aquel entonces por Luis Miró, había disputado un encuentro ante la Real Sociedad en Atocha. Al conocer el equipo las noticias que llegaban del estado de la capital valenciana tomaron la decisión de esperar a que la riada se apaciguara. La Junta Directiva del Valencia, entonces, celebró una asamblea en la que decidió aplazar el partido ante el Real Sporting de Gijón en Mestalla y se disputaron cinco partidos consecutivos como visitante.
Sería en el regreso al viejo templo, el 8 de diciembre, cuando el equipo se reencontraría con el triunfo. Atrás habían quedado semanas y meses de desazones humanas y deportivas.