El empresario y presidente del Villarreal CF, próximo rival del Valencia CF en LALIGA, Fernando Roig, ha declarado ante el Juzgado de lo Penal número 1 de Castellón que las obras acometidas en el estadio del Madrigal en 2004 y 2005 se hicieron mediante contrato verbal e iban modificándose según las necesidades y que él autorizaba los pagos a la empresa constructora. Roig ha comparecido en la Audiencia Provincial de Castellón, junto a otros 14 investigados, en la causa abierta por el juzgado sobre un posible delito de fraude fiscal en esas obras, por el que el Ministerio Fiscal solicita una pena de seis años de prisión.
Según el relato de la Fiscalía, Fernando Roig (presidente y accionista mayoritario del Villarreal), Manuel Llorca (miembro del Consejo de Administración del Villarreal) y Miguel Pérez Ferrer (responsable financiero de Pamesa), proyectaron la realización de obras de mejora en el estadio del equipo, llamado entonces el Madrigal, y en la ciudad deportiva del club.
Para ello contrataron a una empresa EVC SA, que a su vez subcontrató a otras empresas para la realización de los trabajos, que facturaron y cobraron.
Según el fiscal, se realizaron una serie de operaciones que "dejaron de ingresar 525.440 euros" en los periodos fiscales 2004 y 2005.
Se hicieron, añade, por parte de Roig, Llorca y Pérez, "en connivencia con otros acusados" (responsables y trabajadores de las empresas que participaron en las obras), para "eludir el pago del IVA".
Fernando Roig ha señalado que el contrato con la empresa, EVC, con la que ya habían trabajado en anterioridad fue "verbal" y que el proyecto inicial "se modificó sobre la marcha continuamente" debido a la premura de las obras -unos tres meses-, para cumplir lo que la FIFA les iba exigiendo pues el equipo se iba a enfrentar al Everton y se debían cumplir ciertos parámetros en el campo.
Las obras, que eran supervisadas por la empresa constructora, por un arquitecto y por el propio Roig (que acudía a ellas a diario e incluso dos veces al día) iban variando y aumentando y fueron "muy complejas" al trabajar sobre una instalación muy antigua, ha indicado.
Se hizo, ha añadido, "una previsión de unos 6 millones de euros", pero esta cantidad fue variando a medida que se iba modificando el proyecto inicial porque iban surgiendo nuevas necesidades.
Fernando Roig ha señalado que conforme se iban acabando diferentes partes de la obra se iban pagando las facturas y se hacía mediante pagaré de pronto pago pues existían entonces problemas de liquidez y mucha falta de mano de obra y se necesitaba acabar "de manera urgente".
Ha señalado asimismo que él era el responsable de los pagos y era "consciente" de todo lo que se realizaba, así como "de la obra y de haber hecho todo el seguimiento".
Preguntado sobre presuntos desfases entre los metros cuadrados de material suministrado (por Pamesa) y los finalmente utilizados, el presidente del Villarreal ha dicho que "no estábamos controlando los metros cuadrados de una cosa y otra", sino que "se iba realizando y se iba pagando".
A Roig no le importaba "en absoluto", el hecho de que "no coincidiera el pago con lo previsto inicialmente".
Por su parte, Manuel Llorca ha indicado que no tenía ningún poder para firmar nada pese a su cargo en el Consejo de Administración y que tampoco controlaba las obras.
Miguel Pérez ha explicado asimismo que el Villarreal CF carecía entonces de departamento financiero y que por ello era Pamesa la que llevaba esta área y, por tanto, la que gestionaba el pago de las facturas a la empresa constructora.
En este ámbito, Pérez ha declarado que "venían las facturas a Pamesa a través del Villarreal y emitíamos nosotros los medios de pago, en su mayoría pagarés, que luego pasaba por la firma del señor Llorca".
El responsable de la empresa EVC ha señalado que se encargó el proyecto al arquitecto y él hizo una estimación del coste y le comunicó a Roig la cantidad estimada, a la que "se iban sumando cosas nuevas que se iban incorporando a los trabajos".
Unas obras, ha precisado, "que fueron muy dificultosas y que requirieron mucha mano de obra y muchísimo trabajo", por la premura principalmente.
Todos los trabajos realizados se facturaron y se pagaron, ha indicado el responsable de la empresa, quien también ha explicado que no es extraño que hubieran discrepancias con el material facturado y el usado debido a las características constructivas del estadio