El entrenador Mike Krzyzewski, seleccionador de baloncesto de Estados Unidos, es consciente de que está viviendo la recta final de lo que ha sido una etapa histórica y triunfal. Pero también que aún tiene la misión de lograr una tercera medalla de oro olímpica consecutiva.
Aunque cuando finalicen los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro deje su cargo en manos de Gregg Popovich, entrenador de los Spurs, ahora lo único que le preocupa es trabajar en la preparación del equipo que irá a Brasil para defender el título.
"No tengo problemas con la nostalgia hasta que las cosas sucedan", declaró Krzyzewski desde Las Vegas, donde el equipo se entrena y mañana, viernes, jugará su primer amistoso ante Argentina. "Es uno de los mayores errores que cualquier competidor puede cometer, en pensar que su momento ya pasó".
El entrenador de la Universidad de Duke, de 69 años, que llegó a la selección después del fracaso de Atenas 2004 cuando EEUU se tuvo que conformar con el bronce, asegura que tiene más ilusión que cuando llegó el primer día a trabajar con el equipo.
"Siento que estoy entrenando como si fuese la primera vez en mi carrera y ese el camino que les quiero inculcar a los jugadores", destacó Krzyzewski, que lo ha ganado todo con el equipo nacional.
Después de 10 años al frente de la selección de las barras y las estrellas, Krzyzewski, que llegó en 2005 al equipo, tiene marca de 52-1 en todas las competiciones internacionales en las que ha participado Estados Unidos, incluidos los Juegos Olímpicos.
La gran frustración para Krzyzewski y el director ejecutivo de la USA Basketball, Jerry Colangelo, es la única derrota que han sufrido, ante Grecia, en las semifinales del Campeonato del Mundo de 2006 (95-101).
Y admite que trabajar con Popovich, que ocupará su puesto, es algo especial porque tienen una relación única y ningún secreto que ocultarse. "Entendemos mejor que nadie cómo se tiene que trabajar en equipo, con nosotros no hay lugar para el individualismo. Somos dos grandes amigos que sentimos que el baloncesto de Estados Unidos puede conseguir todavía cosas más grandiosas", subrayó Krzyzewski.
Popovich agregó: "Estoy aquí para conocer y aprender todo lo que han hecho bien durante una década. Debo entender al máximo cómo funciona y trabaja su programa".
Colangelo ya ha adelantado que aunque Krzyzewski deje el puesto de entrenador tras los Juegos de Río de Janeiro, su continuidad con la USA Basketball la tiene asegurada porque será su asistente.
"A mi edad -comentó Colangelo de 76 años- necesito tener un asistente y como es lógico ese será Krzyzewski".
De ahí, que Krzyzewski sienta que no es el momento de tener nostalgia de nada y mucho menos de dejar a un lado su pasión por el baloncesto.
"Ya me encargaré de avisar cuando mi tiempo dentro del mundo del baloncesto llegue a su final, pero ahora de lo que sí estoy seguro es que hay una gran cantidad de trabajo por hacer y en esto estamos todos concentrados".