El gimnasta Néstor Abad (Alcoy, 1993) está convencido de que el entorno de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro será espectacular y aunque confesó haber estado enganchado como espectador a la cita olímpica en anteriores ediciones, recalcó que ahora lo que le importa de verdad es la competición.
"Yo voy a lo que voy, que es a competir", insistió el gimnasta alcoyano en una entrevista con Efe antes de desplazarse a Brasil.
El deportista alicantino afirmó que regresará contento si completa una competición con la que se sienta satisfecho. "Eso supondrá estar en la final y entre los ocho mejores en el concurso general", puntualizó.
Por aparatos, cree que en la barra fija y en las paralelas es donde tiene opciones de conseguir mejores resultados y que la clave estará "en la cabeza, en estar centrado el día de la competición y tener la convicción de que va a salir bien".
En cualquier caso, con su presencia en Brasil cumplirá la premonición que tuvo cuando vio sus primeros Juegos por la televisión.
"Me acuerdo de estar siempre enganchado viendo los Juegos. De los primeros que me acuerdo es de los de Sídney y de que, con la inocencia de un niño, le dije a mi padre que yo quería estar ahí", apuntó.
Hace cuatro años tuvo opciones de acudir a Londres, pero la primera de las dos lesiones que ha sufrido en la rodilla derecha le apartó de una competición para la que, por otra parte, creía que no estaba listo.
"No me lo tomé como una decepción porque creo que no estaba preparado para los Juegos. Era muy joven y no me sentía capaz aunque ahora lo veo y puede que hubiera ido y hubiera competido", apuntó.
Tras esa primera lesión, sufrió otra en 2015, pero Abad cree que ambas le han ayudado a ser más duro mentalmente. "Cuantos más malos momentos pasas, más aprendes y sabes lo que quieres y eso hace que tengas las ideas más claras y te esfuerces más", aseguró.
Las largas recuperaciones que tuvo que realizar le enseñaron también a tener paciencia. "Es un proceso duro pero si tienes paciencia y no te ansias por estar bien de repente, se pasa. Tienes que ir día a día y te vas animando, pero si intentas estar bien pronto acabas frustradísimo", confesó.
Este año la frustración llegó en la propia competición, al no ser España capaz de clasificarse por equipos para estos Juegos. "Éramos conscientes de que era difícil, pero habíamos trabajado mucho. Es una pena porque no tiene nada que ver ir como equipo que ir sólo dos porque una ilusión conjunta vale mucho más que la de uno solo", afirmó.