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Los brasileños y estadounidenses buscan el oro en una cuna del voley playa

Las parejas brasileñas y estadounidenses de voley playa buscarán a partir de mañana prolongar su dominio en esta disciplina en los Juegos Olímpicos en una de las cunas de este deporte, la playa de Copacabana de Río de Janeiro, donde las duplas españolas también sueñan con las medallas.Manuel Pérez Bella
Entre los hombres, los máximos favoritos son los brasileños Alisson Cerutti y Bruno Schmidt, campeones mundiales de 2015 y que tienen a su favor el calor del público local, algo que también favorecerá a sus compatriotas Evandro Gonçalves y Pedro Solberg, también firmes candidatos al podio.
El gigante Alisson, de 2,03 metros de altura, se colgó la plata en Londres 2012 al lado de Emanuel Rego, toda una leyenda de este deporte y que se retiró de la competición hace unos pocos meses y ahora aspira a la gloria en casa al lado de Bruno Schmidt.
Además de los brasileños llegan con mucha fuerza las dos duplas de EE.UU., formadas por Lucena y Phil Dalhausser, quien ganó el oro en Pekín 2008, y la formada por Gibb y Patterson, y tampoco se pueden descartar a las parejas holandesas, formadas por Brouwer y Meeuwsen, Nummerdor y Varenhorst.
Los españoles Pablo Herrera y Adrián Gavira, que estuvieron juntos en Londres 2012, cuando alcanzaron los octavos de final, tendrán un reto complicado, pero no imposible, de volver a ganar una medalla olímpica y repetir el hito que logró el propio Herrera en Atenas 2004, cuando logró la plata.
Entre las mujeres, las brasileñas Agatha y Barbara, campeonas mundiales en 2015, y el tándem Larissa-Talita parten como favoritas por su condición de local, aunque codo con codo con las estadounidenses Kerri Walsh Jennins y Jennifer Ross, que fueron adversarias en la final de Londres 2012 y se unieron desde el año siguiente.
Walsh Jennins es toda una leyenda del voley playa, a sus 37 años suma tres oros olímpicos seguidos, en Atenas, Pekín y Londres, siempre al lado de Misty May-Treanor, y si lograse la cuarta, lograría un récord difícil de igualar.
Las españolas Liliana Fernández y Elsa Baquerizo también aspiran a mejorar sus resultados de Londres, cuando cayeron en octavos de final, para lo que tendrán que seguir la buena senda que están haciendo esta temporada, en la que han alcanzado un bronce en la etapa de la Gira Mundial de Cincinnati y una plata en Sochi.
En la competición masculina participan 24 parejas y en la femenina, otras 24, en partidos que se sucederán desde la mañana hasta pasada la media noche, de forma ininterrumpida hasta los próximos días 18 y 19, cuando se disputan las finales.
En la historia de los Juegos, Estados Unidos ha dominado el voley playa con tres oros masculinos y tres femeninos; seguido de Brasil, con una presea dorada y tres de plata por categoría y Alemania y Australia, que se han colgado un oro cada uno.
En esta edición de los Juegos, el terreno favorece a los brasileños y la competición se desarrolla nada menos que en la icónica playa de Copacabana, que lleva 30 años estrechamente conectada al voley playa.
En sus arenas blancas juegan a diario incontables deportistas anónimos e incluso, algunos profesionales, entre ellos el propio Alisson solía entrenarse en Leme, como se conoce el extremo de Copacabana más cercano al Pan de Azúcar, a muy pocos metros de donde se levanta la mole del estadio temporal de voley playa, con capacidad para 12.000 espectadores.
Esta playa ha sido sede de etapas de la Gira Mundial desde 1987 y también albergó el Campeonato Mundial de 2003 y el de categoría sub-21 dos años después y ahora, con los Olímpicos, suma su etapa más importante.

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