Havelange, el gran ausente en la inauguración de los Juegos que ayudó a ganar

El expresidente de la FIFA João Havelange, uno de los principales artífices de la designación de Río de Janeiro como sede olímpica, fue el gran ausente en la ceremonia de inauguración celebrada hoy en el estadio Maracaná.A sus 100 años, Havelange tiene la salud delicada y en los últimos meses ha sido hospitalizado varias veces por problemas respiratorios.
Al margen de su estado de salud, el Comité Olímpico Internacional (COI) no hizo mención de invitarle y ninguna autoridad hoy hizo referencia a él en los discursos, a pesar de que fue miembro del COI durante 49 años y de sus esfuerzos para llevar los Juegos a Brasil.
El Estadio Olímpico de Río de Janeiro fue bautizado "João Havelange" cuando fue construido en 2007, pero durante los Juegos tampoco usará esa denominación.
El papel de Havelange en la elección de Río fue clave, pues su caluroso discurso en Copenhague en 2009 fue uno de los factores que convenció a sus entonces colegas del COI para votar a la ciudad brasileña por delante de Madrid, Chicago o Tokio.
Días antes de esa ceremonia de Copenhague dijo abiertamente que él había sido responsable de asegurar 20 de los 106 votos del COI en la votación para Río.
El día decisivo para Río, Havelange emocionó a sus colegas del COI al "invitar a todos" a unos Juegos en Río, su ciudad natal, coincidiendo con su centésimo aniversario, pero en el arranque de la cita, nadie se acordó de él.
El brasileño está prácticamente marginado desde que en 2012 se destapó el escándalo de pago de sobornos por parte de ISL, empresa que fue dueña de los derechos audiovisuales del Mundial, a altos dirigentes de la FIFA, entre ellos su presidente.
Tras descubrirse el escándalo, Havelange renunció a su puesto de presidente de honor de la FIFA y a su cargo de miembro del COI, antes de que estos organismos tuviesen tiempo de estudiar posibles sanciones.
Cuando cumplió 100 años el pasado 8 de mayo, el único organismo que felicitó a Havelange, con un comunicado, fue la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), ente que él también dirigió y cuyo actual presidente, Marco Polo del Nero, es investigado por el actual caso de corrupción en la FIFA.
Otro de los artífices de la designación de Río como sede olímpica, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, también estuvo ausente del Maracaná, pero por motivos políticos.
Lula declinó la invitación para acudir al palco de honor que le fue cursada en calidad de ex jefe de Estado porque no reconoce la legitimidad del presidente interino, Michel Temer, a quien acusa de participar en un "golpe" de Estado contra su ahijada política, Dilma Rousseff, que por los mismos motivos también rechazó acudir al Maracaná.
Temer ocupa el cargo desde el pasado 12 de mayo, cuando el Congreso aprobó someter a un juicio político con fines destituyentes a Rousseff, que desde entonces está suspendida de sus funciones en la jefatura del Estado.