Es Noticia

Purito se apaga

Joaquim Rodríguez Oliver, para todos Purito desde que trascendió el apodo que le pusieron sus compañeros de la ONCE en un entrenamiento al inicio de su carrera, se apagó definitivamente con una última bocanada que ha dejado un buen aroma en el aire, un diploma olímpico que debió ser medalla, de haber salido las cosas en Río de Janeiro en función de las fuerzas que había en el pelotón.Ramón Orosa
Hoy, de regreso a casa, según parece ya como excorredor profesional, seguro que le dará vueltas a las fuerzas que se dejó en la suicida subida al durísimo alto de Canoas que tuvo que realizar para poder soñar con las medallas; y al latigazo de Vicenzo Nibali que volvió a dejarle fuera de los focos; y también a la caída de Richie Porte que destrozó la táctica española, quizás el punto donde, de verdad, se le fue la posibilidad de subir al podio.
Una sensación agridulce la de un quinto puesto que no fue sino premio de consolación en una prueba que esperaba gloriosa para poner punto final a una carrera de menos a más que empezó como gregario en casa y acabó como líder indiscutible fuera.
Pero en ese vuelo de vuelta Río-Madrid-Barcelona, Purito también deberá acordarse de lo que ha conseguido, que ha sido mucho, en sus 16 años de carrera profesional, desde 2001. Quizás más de lo que hubiese imaginado cuando de chaval se trasladó al País Vasco para correr en el Iberdrola, el filial de la ONCE, en la que dio el salto al profesionalismo, para fichar posteriormente por el Saunier Duval, Caisse d'Epargne y Katusha, único equipo en el que fue jefe de filas
Seguro que soñaba con grandes logros, pero igual hasta entonces le hubiese parecido demasiado dos medallas mundialistas (bronce en Mendrisio en 2009 y plata en Florencia 2013): y cuatro podios en grandes carreras por etapas: uno en el Tour de Francia (3o en 2013), dos en la Vuelta a España (3o en 2012 y 2o 2015) y otro más en el Giro de Italia (2o en 2012).
También se acordará de Peñafiel y Fuente De, dos de los puntos negros de su carrera. En una crono llana interminable, entre bodegas se dejó sus primeras ambiciones de ganador; y en un puerto cántabro de no demasiada consideración se le escapó la única oportunidad real de imponerse en una gran vuelta.
Pero esos malos pensamientos los puede dispar sumando las innumerables ocasiones que tuvo para levantar los brazos en señal de victoria: entre ellas, dos veces en el Tour, cinco en la Vuelta y dos en el Giro. Amén de terminar tres veces primero, en 2010, 2012 y 2013, en el ránking mundial del año.
También triunfó en carreras de una semana de prestigio (Cataluña, País Vasco, Tirreno-Adriático, París-Niza, Dauphiné ...) y hasta ocho más en diferentes clásicas. La más importante fue la Flecha Valona que ganó en 2012, pero la que más deseaba, la Lieja-Bastogne-Lieja, no se la pudo anotar. Estuvo a punto en 2009 y 2013, pero la primera vez se lo impidió Andy Schleck y la segunda su eterno compañero-rival amigo-enemigo Alejandro Valverde.
Un cabreo personal que no empaña para nada lo que ha aportado al ciclismo, que no se queda en los resultados, sino en su carisma, en su manera de encarar las carreras, con alegría y optimismo, y sobre todo en su rendimiento en las subidas con grandes porcentajes.
En los grandes puertos y en los muros verticales ha hecho fortuna el de Parets del Vallés (12-05-1979), quien, en cuanto confirme del todo la retirada que ha dejado entrever deberá buscar otros estímulos diferentes a los de sus última década y media. Pero lo podrá hacer con la conciencia tranquila, ya que, incluso con su última bocanada, Purito ha dejado buen aroma.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar