La nueva Carolina Marín

Por la zona internacional de la Villa Olímpica pasea una Carolina Marín "diferente" de la que hace cuatro años, en Londres 2012, vivió con discreción su debut en unos Juegos Olímpicos.Lucía Santiago
Distinta dice ser, también, de la que en 2014 conquistó el primero de sus dos Campeonatos de Europa de bádminton -el otro lo logró el pasado mes de mayo en La Roche-sur-Yon (Francia)- y de la que en 2014 y 2015 conquistó el mundo con sus éxitos en Copenhague y Yakarta.
Acaba de completar su primer entrenamiento en el Pabellón 4 de Riocentro, donde entre el 11 y el 19 de agosto tratará de encumbrarse como nueva campeona olímpica, y derrocha confianza en su primera comparecencia ante los medios de comunicación.
"Me encuentro en mi mejor momento, llego a Río en mi mejor estado de forma", advirtió la onubense. En la ciudad brasileña, a pesar de la oposición de las chinas Li Xuerui y Wang Yihan, la primera preclasificada no firma "otra medalla que no sea la de oro".
Esa es la meta a la que debería conducirle el exigente plan de entrenamientos al que se vio sometida en los dos últimos meses.
En "lágrimas", según reveló, terminaron algunas de las interminables jornadas repartidas entre Madrid e Ibiza. Ese fue el coste de los nuevos recursos técnicos, tácticos, físicos y mentales que ahora la convierten "en una jugadora mejor y diferente".
"Era necesario", se justifica Fernando Rivas, "porque la otra Carolina ya no ganaba tanto". "Si quieres seguir ahí arriba tienes que renovarte", aseguró el preparador andaluz en una conversación con EFE.
Con discreción habla de los nuevos aportes de los que dotó a su pupila. No quiere dar pistas antes de la competición. "Sólo puedo decir que habrá sorpresas. En Río veremos a una nueva Carolina".
Más madura, más segura y más consciente de la importancia del control de las emociones, un aspecto que insistentemente trabajó de la mano del 'coach' Juan Carlos Álvarez Campillo. "Le ha dado a Carolina la calma que necesitaba para que pudiera ejecutar todas las herramientas que ya tenía de antes", explica Rivas.
"Calma, alegría y fuerza" son las tres palabras en las que se apoya la doble campeona de Europa y del mundo en la compleja búsqueda del oro olímpico, que arrancará este jueves con su primer compromiso de la fase de grupos ante la finlandesa Nanna Vainio.
El sábado, día 13, le aguarda la danesa Line Kjaersfeldt.
Dos victorias le entregarían el pase directo a los cuartos de final. Desde allí tiene previsto lanzarse a por las preseas.
"Llego a Río en mi mejor estado de forma", afirmó Carolina Marín, "y no firmo otra medalla que no sea la de oro".
Los "entrenamientos más duros" de toda su vida le colocan en la posición de disputar el primer puesto cuatro años después de su precipitada eliminación en los Juegos de Londres 2012, en los que participó con apenas 19 años y escasa experiencia en torneos internacionales. Cayó en la fase de grupos.
En Río 2016, en cambio, asumirá el rol de favorita. Es la consecuencia del método aplicado por Fernando Rivas.
"Él es una persona esencial para mí", confesó la jugadora. "Con 13 años vino a verme a un torneo y habló con ciertas personas para que pudieran llevarme al CAR de Madrid. Hace nueve años empezamos juntos un camino y los objetivos que nos hemos ido marcando temporada a temporada se han ido cumpliendo. Estoy segura de que, sin él, yo no estaría a día de hoy donde estoy", reconoció.
El técnico granadino siempre ha bebido de la inspiración del voleibol, pero su plan ganó en complejidad con la lectura del Journal of Sports Sciences.
En la actualidad, el 'Guardiola del bádminton' aplica "la ciencia pura y dura" lo que le llevó a recrear en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid las condiciones de humedad y de calor que Carolina Marín podría encontrarse en Río de Janeiro.
Además, incorporó el uso de la cámara de hipoxia y el control de la calidad del sueño para que Carolina Marín luzca en Brasil una versión mejorada e inédita.
"Tenemos datos para corroborar que está en el mejor momento de su vida, tanto a nivel fisiológico como orgánico y táctico. No será por no haber entrenado y planificado bien. Hemos aplicado lo último en el conocimiento", comentó a EFE con el deseo de festejar al término del torneo la conquista del oro.
"Eso es lo que deseamos, lo que nos mueve, lo que hace que combatamos las horas de entrenamiento, las noches sin dormir, los viajes eternos. Ese sueño y ese deseo es más fuerte que nada", sentenció.