El judoca japonés Mashu Baker se erigió este miércoles en el nuevo campeón olímpico de menos de 90 kilogramos al batir en la final al georgiano Varlam Liparteliani.Un yuko certificó el triunfo del joven japonés, de 21 años, natural de Tokio y tercer clasificado en el último Campeonato del Mundo, disputado en Astana (Kazajistán).
Asia fue el indiscutible dominador de la categoría ya que copó todas las posiciones a excepción del segundo puesto, que perteneció al georgiano Varlam Liparteliani.
El chino Xunzhao Cheng y el surcoreano Donghan Gwak, vigente campeón del mundo, fueron los dos medallistas de bronce.
Este último fue el que cortó la progresión de Popole Misenga, quien compite en el equipo olímpico de refugiados.
El judoca de origen congoleño, afincado en Brasil desde hace tres años, venció al indio Avtar Singh en su primer compromiso en los Juegos Olímpicos de Río 2016 pero no pudo sorprender a Gwak.
Misenga, que se ejercita en una escuela de judo regentada por Geraldo Bernardes, técnico de la campeona olímpica brasileña Rafaela Silva, destacó que el "deporte es importante en la vida de cualquier persona, no solo en la vida de los refugiados".
"A los niños les ayuda mucho en su desarrollo. Es una herramienta imprescindible para su educación y crecimiento", aseguró.