El equipo de Alemania, que fue plata en Londres 2012 y campeón mundial en 2013 y 2014, conquistó hoy la medalla de oro en cuádruple scull femenino de las pruebas de remo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Las alemanas Annekatrin Thiele, Carina Baer, Julia Lier y Lisa Schmidla, que en 2015 tuvieron que conformarse con la plata en el Mundial pero este año se adjudicaron el título europeo y un oro en la Copa del Mundo de Poznan, completaron los 2.000 metros en la Lagoa Rodrigo de Freitas con un tiempo de 6:49.39.
Thiele, Baer y Lier también integraban el equipo que se colgó la plata en Londres 2012 y el que impuso el récord mundial en la modalidad (6:06.84) en Amsterdam en 2014.
La plata en Río de Janeiro se la adjudicó Holanda (6:50.33) y el bronce Polonia (6:50.86).
Las holandesas Chantal Achterberg, Nicole Beukers, Inge Janssen y Carline Bouw confirmaron con la plata el buen momento que atraviesan en la actual temporada, en la que conquistaron medallas en las tres etapas de la Copa del Mundo.
Las polacas Maria Springwald, Joanna Leszczynska, Agnieszka Kobus y Monika Ciaciuch, que eran consideradas como las principales rivales de las alemanas tras haber obtenido la plata en el Campeonato Europeo y oros en las Copas del Mundo de Varese y de Lucerna, tuvieron que conformarse con el bronce en Río.
Las ucranianas Daryna Verkhogliad, Olena Buryak, Anastassia Kozhenkova e Ievgeniia Nimchenko, que conquistaron el oro en Londres, tan sólo llegaron en cuarto lugar en Río con un tiempo de 6:59.09.
Las estadounidenses Grace Latz, Tracy Eisser, Megan Kalmoe y Adrienne Martelli, bronce en los Juegos Olímpicos de hace cuatro años, fueron quintas hoy, con 6:57.67.
El equipo chino, que impuso el récord olímpico de la modalidad cuando conquistó el oro en los Olímpicos de Pekín, fue el sexto este jueves, con 6:59.45.
Las regatas de remo olímpico se disputan hasta el próximo sábado en la Lagoa Rodrigo de Freitas, una laguna exprimida entre la playa de Ipanema y el Jardín Botánico de Río de Janeiro, cuyas polémicas aguas eran motivo de temor de algunos competidores por su contaminación, aunque el COI garantizó que los controles diarios las ubicaron dentro de los niveles normales.