El cubano Robeisy Ramírez busca el título olímpico de boxeo en Río 2016 con la misma fórmula que usó hace cuatro años para ganar en Londres, trabajar como minero en el gimnasio y confiar en Changó y Orula, deidades yorubas."Mañana se cumplirán cuatro años de haber conquistado la medalla de oro, pero no lo celebro porque estoy concentrado en buscar mi segundo título", explicó hoy Ramírez después de vencer por votación unánime al indio Shiva Thapa en la división gallo.
Originario de Cienfuegos, en el sur de Cuba, Robeisy fue una sensación en Londres al llevarse el oro con apenas 18 años luego de derrotar al mongol Nyambayaryn Togstsogt.
Hoy, tras vencer a Thapa, confesó tener claros los detalles de aquel 12 de agosto en el que acudió al pesaje, desayunó un sandwich y durmió una siesta antes de celebrar el combate de su vida hasta ese momento. "Luego me encomendé a Changó y a Orula; eso y entrenarme fuerte siguen siendo mis recursos", asegura.
Aunque es considerado como uno de los mejores peleadores cubanos de la actualidad, Ramírez se clasificó a Río a última hora; sufrió un fuerte desgaste pero le sirvió para mantenerse activo y llegar a los Olímpicos con un mejor ritmo.
"Me siento bien, concentrado en la pelea siguiente y nada más; no puedo hablar de los rivales duros de la división porque aquí todos son duros y como soy campeón saldrán a derrotarme", asegura.
Ramírez hizo su primer contacto con el pugilismo cuando era niño y vio pelear al peso completo Alexis Rubalcava, olímpico en Atlanta 1996, quien no ganó ningún título importante. A los nueve años hicieron una captación en su salón de clases para practicar boxeo y ahí empezó su historia.
Este jueves el cubano hizo un viaje a su semilla porque al enfrentar a Thapa recordó su pelea de hace seis años con el indio, el rival al que venció en la final de la división mosca de los Juegos Olímpicos de la Juventud de Singapur 2010.
Fue el primer gran triunfo del peleador que enseguida se estableció en el equipo nacional de mayores con el que viajó a Londres y ganó el oro olímpico.
"Las cosas cambiaron desde entonces, crecí, me desarrollé y debí subir la división".
Hoy, después de la comida, Robeisy comenzó a preparar su segundo pleito en Río, el domingo ante el marroquí Mohamed Hamout. Verá vídeos, ensayará la estrategia para el combate y así esperará el día de mañana, uno más porque una prioridad en Río será no aferrarse al pasado.