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Madre y campeona en el mismo ciclo olímpico

EFE / José Antonio Pascual

Cuando se colgó el bronce en Londres 2012, la guipuzcoana Maialen Chourraut salió con cierto sabor agridulce porque se le había escapado la gloria absoluta.

En ese momento comenzó a pasar por su cabeza un reto si cabe mayor: ser madre y demostrar que se podía continuar en la elite para, incluso dar el salto a la gloria dorada olímpica.
Nacida en Lasarte el 8 de marzo de 1983, aquella niña que comenzó a practicar el piragüismo como afición en la playa de La Concha con 15 años, que incluso se 'despistaba' cuando había que ayudar a su padre en la librería, comenzó un proyecto de enjundia junto a su pareja, Xabi Etxaniz, que también es su entrenador y el responsable técnico del área de slalom de la Federación Española.
Cuando empezó y veía a los pioneros del slalom español, incluido Etxaniz, pensaba que los Juegos no eran para ella, que no estaba destinada a ellos. Qué equivocada estaba. Poco a poco su progresión fue geométrica y su camino fue constante para ir obteniendo grandes resultados en las principales competiciones internacionales.
Perfeccionista, trabajadora infatigable, dio a luz a Anne en 2013. La pequeña llegó por cesárea y eso dificultó su recuperación y la posibilidad inmediata de entrenarse al máximo.
Vive con Etxaniz y Anne en La Seu d'Urgell, donde disponen del canal creado en su día para los Juegos de Barcelona'92. Pero no se puede olvidar el otro vértice de este equipo, Raquel, la cuidadora de la pequeña. Los cuatro forman un 'Cuadrinomio perfecto'. Así se titula su capítulo del libro editado por LID y elaborado por Efe Deportes "A por más".

11 de agosto de 2016

Todos son insustituibles. No puede funcionar nada si uno no funciona, si uno falla. Y los cuatro estuvieron en el Whitewater Stadium del Parque Radical de Deodoro, así como los padres de la palista de Lasarte.
Poco a poco Maialen fue recuperando los efectos de la cesárea. Largas jornadas de trabajo en la pista, en el gimnasio, vídeos... De todo. Entre medias la labor de madre, siempre pendiente de Anne y aprovechando todo el tiempo que dispone para estar con ella.
El reto fue cubriendo etapas. Incansable, infatigable e irreductible, Maialen Chourraut volvió a los grandes podios internacionales y siempre con la mirada en el dorado metal de Río 2016.
En Deodoro encontró la bajada perfecta que tanto ella como Xabi Etxaniz siguen asegurando que no existe y en una final pletórica apabulló a sus rivales sin misericordia y demostró el potencial de una madre tan brava o más que las aguas en las que compite.
Ocho años atrás, en Pekín vivió el sinsabor de una eliminación tempranera, en Londres jalonó su carrera con un bronce y en Río alcanzó el sueño buscado durante tanto tiempo y que se marcó como reto doble cuando optó por la maternidad.
Atrás quedan muchas cosas, como cuando estuvo tres minutos con la cabeza metida en el agua en un vuelco, cuando tuvo que ser operada de ambos hombros, los apuros de la escasez de dinero para desarrollar la carrera profesional.
Ahora es referencia del deporte español y sobre todo del piragüismo y del slalom. Fue la primera piragüista española en subir al podio y ahora tiene ya dos medallas, la última la más brillante. La dorada. Aquel anhelo que parecía hasta una utopía es una realidad.

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