Mireia Belmonte duerme en una tienda de hipoxia cuando no descansa en el CAR de Sierra Nevada a 2.320 metros de altitud. Los sueños en ese tipo de contextos no son de fantasía. Más bien, al contrario. Incluso no se sabe si tendrá respuesta científica, pero se convierten más en pesadillas, confiesa Mireia.
Luis Villarejo
La hipoxia, aspirar cíclica y alternativamente aire con baja concentración de oxígeno, simulando con ello una altitud deseada para mejorar el alto rendimiento, es uno de los elementos clave en el libro de ruta de Fred Vergonox.
Vergnoux es el alter ego de Mireia Belmonte. Es un adicto a la estrategia. Y sobre todo al vocablo plan. Vergnoux ha diseñado el 'Plan Mireia', un ideario histórico en el deporte español, compuesto por un proyecto meticuloso y milimétrico que da dividendos de oro a la natación española.
Sólo desde el cuidado microscópico se puede fabricar una campeona como Mireia. Asisten a eventos muy contados durante todo el año. Su laboratorio es la piscina. Y si lleva tacones Mireia por exigencia del guión del protocolo, cuando se encuentra en pleno proceso clave de preparación, el entrenador avisa, lo entiende pero explica que no ayuda al entrenamiento de élite. El tacón no ayuda.
Un día cualquiera en la vida de Mireia comienza a las 6,30 horas con su primer enrenamiento en seco. De 7 a 9,30, al agua. A las 9,45, desayuno. De 10,30 a 12 trabajo de fuerza. De 12 a 12,30 estudios. A las 13,30 horas, comida. De 14 a 15,30 descanso. De 15,30 a 16, sesión en seco. De 16 a 18,30 horas, piscina. De 18,45 a 19,30 horas cardio y trabajo de abdominales. A las 20,15, cena. Y a dormir.
Nueve kilómetros de nado diario, de lunes a sábado. Domingo, descanso. Fred Vergnoux organiza cuatro estancias al año en las instalaciones del CSD en Sierra Nevada. Una, en noviembre, de 21 días, donde se apela a un trabajo de resistencia; una segunda en enero de otros 21 días con más intensidad; una tercera visita en junio de 28 días, donde aparece ya la exigencia máxima, incluso se entrena ya con bañador de competición. Es ya una simulación de una prueba oficial. Aquí ya se estudian mejoras en salidas y virajes, donde en los últimos tiempos ha conseguido mejorar hasta 0,85 segundos.
En Sierra Nevada, el camino hacia la medalla de oro, se divide en estos cuatro bloques que son determinantes, donde se trabaja la musculatura, se mejora la condición con baños de hielo y se mima la nutrición. Vergnoux relata que sus nadadores, porque además de Mireia, dirige un grupo más amplio, siempre quieren entrenar con él. Y es que con él se alimentan bien y consigue que suba su nivel de autoestima.
Vergnoux da importancia al gimnasio. Mireia mide su fuerza en el ergómetro y en el circuito de cross fit. Practica ski, por consejo de su técnico, deporte que le da coordinación y sobre todo un plus psicológico, como el resto de actividades al aire libre como subir y bajar al pico Veleta. "Me siento útil fuera del agua, te da fuerza para medirte a cualquier rival. Si soy capaz subir una pared de un kilómetro en vertical, puedo enfrentarme a cualquier rival en el agua", explica Mireia.
Mireia y Vergnoux forman una dupla irrepetible. Son ganadores y perseverantes. A menudo, cuando exponen en algún foro su trabajo ilustran su charla en la despedida con una imagen simpática de Mireia con un cuchillo entre los dientes. Mireia es eficaz, valiente y le encanta la pelea sana. Y acaban con otra, sonrientes, bebiendo ambos un batido. Su recompensa. Sufrir para disfrutar.