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Teresa Portela, por quinta vez

Al grito de "¡Teri! ¡Teri! ¡Teri!" cientos de vecinos de Cangas del Morrazo (Pontevedra) volverán a reunirse, como ya es habitual cada cuatro años, frente a la pantalla gigante instalada en la sede del Club de Mar Ría de Aldán con la ilusión de ver el ascenso al podio olímpico de Teresa Portela.

Lucía Santiago
Sus cuatro intentos anteriores -de manera ininterrumpida desde Sydney 2000 a Londres 2012- resultaron fallidos, por lo que los Juegos de Río de Janeiro se presentan como una quinta reválida para la palista gallega, a quien un error en la salida del K1-200 hace cuatro años en la capital inglesa alejó a 198 milésimas del bronce.
Dieciséis años después de su debut en Sydney, Portela se planta en Brasil con la misma ilusión que entonces y con la ambición de agregar, por fin, a su palmarés la medalla que le falta.
"Sobre todo me quiero quedar con la sensación de que trabajé todo lo que pude, de que di lo mejor de mí. Quiero quedarme satisfecha con mi trabajo. Busco una sensación de plenitud", aseguró en una entrevista a EFE la pontevedresa, una de las "Imbatibles" que protagoniza la última campaña de Sanitas.
- Pregunta (P): ¿Qué espera de los Juegos de Río?
- Respuesta (R): Son mi objetivo. Llevo cuatro años preparándome para hacerlo lo mejor posible en estos Juegos. Quiero dar lo mejor de mí y, sobre todo, quedarme satisfecha. Evidentemente, me gustaría estar en la final, verme entre las ocho mejores del mundo y conseguir una medalla.
Pero, sobre todo, me quiero quedar con la sensación de que trabajé todo lo que pude, de que di lo mejor de mí. Quiero quedarme satisfecha con mi trabajo, no cometer ningún error y hacer mi propio 200. Busco una sensación de plenitud.
- P: ¿Eso es lo que le faltó en el año 2012 en Londres?
- R: Ese fue el año que mejor me encontraba físicamente y mentalmente me sentía con mucha ambición. Para mí fue uno de mis mejores años, junto con el pasado. Ahí me vi con opción de medalla, era algo absolutamente real. No la conseguí por un error en la salida. Esa fue mi decepción personal porque no pude dar todo lo que tenía. Esa oportunidad pasa y hay que esperar otros cuatro años.
Ahora estoy en Río y espero verme con la misma fortaleza, el mismo nivel. Sé que a veces las circunstancias no se dan, pero quiero que la regata salga perfecta y quedarme satisfecha.
- P: ¿Le sigue dando vueltas a lo que pasó?
- R: Le di muchas vueltas en su momento. Me sentí decepcionada, triste. Repetí en mi mente la carrera cincuenta mil veces pero ya no había nada que hacer. A día de hoy veo que quedé cuarta en unos Juegos Olímpicos y con la mente fría se valora de otra manera.
- P: ¿Pero todavía pesa más la insatisfacción por la medalla que no consiguió?
- R: Quedar cuarta es un éxito, pero en el momento no estaba satisfecha porque sabía que podría haber conseguido la medalla. No me quedé contenta y en mi cabeza no hacía nada más que repetir aquellos 200. En ese momento tienes que estar al cien por cien, se tienen que dar todas las circunstancias y tener un poco de suerte. No fue así.
- P: ¿Río de Janeiro le ofrece la última oportunidad de conseguir la medalla olímpica, la única que falta en su palmarés después de 32 preseas internacionales?
- R: No pienso que sea mi última oportunidad porque no lo sé. Y si no sé qué va a pasar después es porque tampoco lo pienso. Sólo sé que el 15 de agosto vuelvo a competir y quiero dar lo mejor de mí.
- P: Sólo otras cuatro deportistas españolas (la atleta María Vasco, la tenista Arantxa Sánchez Vicario, la nadadora María Peláez y la tiradora María Pilar Fernández) lograron, al igual que usted, competir en cinco Juegos Olímpicos. ¿Qué supone alcanzar la gran cita del deporte olímpico por quinta vez?
- R: El hecho de estar desde el año 2000 a nivel absoluto en finales y poder participar en cinco Juegos Olímpicos tiene muchísimo valor. Llegar arriba cuesta mucho, pero mantenerse es muy complicado. Yo a mi trabajo diario y a mi constancia les doy mucho valor. Me reconforta saber que a día de hoy sigo ahí y que puedo estar peleando. Tiene mucho mérito.
- P: ¿El bronce conseguido en el último Campeonato del Mundo, disputado en Milán (Italia), era necesario para su confianza?
- R: A nivel de motivación viene bien saber que sigo ahí, pero ahora mismo no me vale de nada decir que fui tercera. Me baso en mi día a día, en intentar mejorar y en ser mejor cada día. Eso pasó el año pasado y este año puede pasar de todo.
- P: ¿Pensaba, tras su embarazo y el nacimiento de Naira, que seguiría siendo tan competitiva?
- R: Un parón de una temporada te genera muchísimas incertidumbres. Con un embarazo el cuerpo cambia completamente, pierdes masa muscular, estás muchos meses sin remar y sin hacer series intensas en el agua. Evidentemente, eso te genera dudas.
No sabía si mi cuerpo iba a volver a conseguir el nivel. Tampoco si el cambio de vida que supone tener una hija me iba a afectar mentalmente o si iba a seguir teniendo la ambición que siempre tuve por volver a competir. No sabía cómo iba a resurgir. Ha habido momentos de duda, pero ir a un Campeonato del Mundo y conseguir el bronce y la clasificación para Río fue un plus de mucha energía.
- P: ¿Qué aprenderá Naira de todo este proceso?
- R: Me gustaría que, consiga la medalla o no, se quede con mi trabajo, con mi perseverancia y que de alguna manera esté orgullosa de su madre.

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