El español Mario Mola, líder del Mundial de triatlón, intentará aguar la fiesta en los Juegos de Río de Janeiro a los hermanos Brownlee, Alistair y Jonathan, que ganaron oro y bronce olímpico para el Reino Unido en Londres, donde su compatriota Javier Gómez Noya, gran ausente en Brasil, capturó la plata.Adrian R. Huber
Gómez Noya, de 33 años, único quíntuple campeón mundial de la historia, centraba toda su campaña en buscar el oro en Río, donde el año pasado ganó la prueba test, de igual recorrido que la de este jueves.
Llevar algo retrasada su preparación, por molestias de cadera, no le impidió capturar, en Lisboa, a finales de mayo, su cuarta corona europea. Pero a mediados de julio se rompió el radio izquierdo mientras se entrenaba en bici en Lugo, donde fue operado. Y el campeón gallego, que antes de ganar plata en Londres fue cuarto en los Juegos de Pekín'08, será el gran ausente en la cita carioca.
Con su baja, España presenta otra opción que sube enteros, la de Mola, de 26, que tras haber sido tercero en 2013 y subcampeón del mundo los dos años siguientes -en los tres últimos títulos que ganó Javi- lidera un Mundial en el que ganó cuatro pruebas, incluida la última antes de los Juegos, en Hamburgo (Alemania), hace un mes.
En un certamen en el que España, que festejó el triunfo de Fernando Alarza -también en Río- en Ciudad del Cabo (Suráfrica), ha ganado todas las pruebas menos dos. Las dos, en su casa de Leeds y en Estocolmo, en las que los hermanos más famosos del triatlón aumentaron a seis su número de 'dobletes' en las "World Series".
En las que han compartido once podios. Y en las que nadie ha ganado tantas veces como Alistair (de 28, dos años mayor que 'Jonny'), triunfal en veintiún ocasiones.
La estrategia de los Brownlee es tan atractiva como sencilla: salen a reventar carreras desde el principio. Y con esa idea saldrán también en la antigua capital de Brasil. Querrán abandonar en cabeza las aguas de Copacabana, donde se nadará en mar abierto, a una vuelta, los primeros 1.500 metros de una prueba en la que intentarán provocar un corte cuanto antes. A ser posible, en el primero de los dos repechos del duro segmento ciclista, con una bajada técnica. Al que se darán ocho vueltas, para completar cuarenta kilómetros.
Para lo cuál también contarán con la inestimable ayuda del eslovaco Richard Varga, buen ciclista y sin duda, el mejor nadador de los 55 competidores. Dispuesto siempre a tender su mano a los talentosos y en competición salvajes familiares de West Yorkshire.
Después de que Gómez Noya ganase, en 2008, el último mundial que se resolvió en una sola jornada, todos los títulos hasta la fecha llevan su apellido o el de los ingleses. Alistair ganó su primer título en 2009 y logró otro en 2011; Jonathan capturó el suyo en 2012.
Un año antes, el genial Iván Raña, primer campeón mundial español (en Cancún, México, en 2002), había comentado a Efe, tras sufrir en carrera la irrupción del 'segundo Brownlee' en la madrileña Casa de Campo, que los ingleses -primero y segundo también ese día- eran "como los Gremlins, que al salir del agua se multiplican".
No se equivocaba en su comparación. Al mojarse, los hermanos son revoltosos y agresivos. No tienen reparos en fundirse ellos mismos, con tal de intentar reventar a sus rivales. Como sucedió en 2010, cuando Alistair entró dando tumbos en la meta de Londres para acabar décimo el día que ganó Javi. O en la prueba olímpica del Hyde Park, cuya ceremonia de entrega de medallas se tuvo que retrasar, porque, según los que allí estaban, Jonny estaba completamente desorientado.
Con la ausencia de Gómez Noya -sustituido por el tinerfeño Vicente Hernández, en su grupo de entrenamientos-, en la 'oposición' no sólo sube enteros Mola. También lo harán el galo Vincent Luis, segundo en la prueba test del año pasado; y el surafricano Richard Murray, tercero ese día en la ciudad carioca.
Compañero de entrenamientos del balear, Murray se recuperó de la fractura de clavícula sufrida en abril -al caerse cuando pedaleaba escapado en Gold Coast (Australia)- ganando el Mundial de duatlón (bici y carrera) de Avilés, en junio. Descalificado por conducta antideportiva, en Hamburgo hubiese sido segundo. Ya está en forma.
El surafricano, otro a quien pretenderán eliminar los ingleses, podrá ser el gran aliado en una hipotética remontada desde el agua de Mola, que suele bajar de los treinta minutos en el diez mil. Y que tendrá serias opciones de éxito si afronta ese último segmento -cuatro vueltas a un lazo de dos kilómetros y medio en el paseo marítimo de la icónica playa carioca- en los puestos delanteros; o no muy lejos de ellos.
El talaverano Alarza, campeón del mundo júnior hace seis años y que lleva uno sin bajar del sexto puesto en pruebas del mundial, será el 'tapado' español en Río, donde competirán los últimos campeones mundiales sub'23: el australiano Aaron Royle y los franceses Pierre Le Corre y Dorian Coninx.
México confía en Crisanto Grajales (segundo en la prueba del Mundial de Yokohama, en Japón); y Portugal en sus 'Joaos', Pereira y Silva. Y, por supuesto, no hay que descartar sorpresas. Porque, salvo en el caso de Alistair -ante quien, si debe hacerlo, su hermano menor se subordina, sin rechistar-, nunca se proclamó campeón olímpico de triatlón un claro favorito.
El alemán Jan Frodeno, entretanto una 'institución' y ganador también del Ironman de Hawai, la prueba de ultrafondo más importante del mundo, nunca había ganado una etapa del Mundial antes de saborear la gloria olímpica en Pekín 2008.
Así que lo único seguro es que el que gane en Río -donde el suizo Sven Riederer (bronce en Atenas 2004) y el japonés Hirokatsu Tayama se convertirán en los primeros triatletas con cuatro participaciones olímpicas- lo hará después de sufrir un buen rato. En un circuito tan bello como duro.